11 años de Stan y el desfalco inhumano de Pablo Salazar

Las huellas del huracán Stan no han desaparecido por completo. A once años de la tragedia miles de familias siguen a la espera de contar con un documento que acredite la propiedad de la vivienda que les entregaron.

Asimismo, continúa sin castigo el presunto fraude —cometido por la administración encabezada por Pablo Salazar Mendiguchía— por más de mil cien millones de pesos con recursos para la reconstrucción de la infraestructura dañada.

Y es que el huracán dejó un total de 86 personas fallecidas; miles de viviendas fueron arrasadas por las corrientes de los ríos en decenas de colonias que desaparecieron; puentes en carreteras y en las vías del ferrocarril fueron arrancados de sus bases; escuelas, clínicas y hospitales quedaron devastados en 41 municipios de las regiones Soconusco, Costa, Sierra y Frailesca.

En la franja fronteriza se perdieron más de dos mil hectáreas de tierras de territorio mexicano al cambiar la ruta del río Suchiate, que acabó con las instalaciones aduanales y migratorias, así como con el paso del ferrocarril entre México y Guatemala.

A once años de distancia, en Tapachula se sigue exigiendo la reubicación del hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el cual quedó seriamente dañado y en una zona de alto riesgo, incluso todos sus almacenes fueron arrasados por las aguas del Río Coatán, los quirófanos y consultorios se inundaron y quedaron llenos de lodo.

Hoy se dice que ya se cuenta con un terreno para la edificación de uno nuevo que se viene anunciando desde hace diez años, después que la Coordinación de Protección Civil dependiente de la Secretaría de Gobernación y su similar del estado emitieran dictámenes en los que se recomendaba su reubicación hacia zonas seguras.

El peor desastre natural ocurrido en el país

El 4 de octubre del 2005 fue un día para no olvidar. Miles de familias vieron cómo las fuertes corrientes de los ríos se llevaban su patrimonio: casas, vehículos, empresas. Lo perdieron todo.

Las pérdidas económicas se calcularon en más de 45 mil millones de pesos, en virtud a que también las actividades agrícolas colapsaron.

Más de 32 mil viviendas sufrieron daños, de las cuales más de 14 mil fueron totales y el resto parciales; 651 obras de agua potable, drenaje y saneamiento quedaron devastadas; 259 escuelas fueron dañadas en su totalidad, así como 114 clínicas, centros de salud y hospitales.

En carreteras, caminos, puentes vehiculares y de hamaca, fueron mil 79 los tramos dañados; más de 400 kilómetros del sistema eléctrico colapsaron, así como 160 obras hidráulicas, 13 del sector agrícola y pesquero, tres de equipamiento urbano; dos mil 260 empresas sufrieron pérdidas; 208 mil hectáreas de cultivo –café, soya, mango, plátano y otros— se perdieron, así como 178 mil de bosques y selvas devastadas.

Fueron 41 municipios los declarados como zona de desastre por la Secretaría de Gobernación: Suchiate, Frontera Hidalgo, Tapachula, Mazatán, Metapa, Tuxtla Chico, Huixtla, Huehuetán, Villa Comaltitlán, Cacahoatán, Mapastepec, Motozintla, Acapetahua, Escuintla, Acacoyagua, El Porvenir, Mazapa de Madero, Pijijiapan, La Grandeza, Siltepec, Bella Vista, Bejucal de Ocampo, Amatenango de la Frontera, Ángel Albino Corzo, Chicomuselo, Frontera Comalapa, Arriaga, Villacorzo, La Concordia, Tzimol, Venustiano Carranza, Cintalapa, Suchiapa, Chiapa de Corzo, Tuxtla Gutiérrez, Aldama, Marqués de Comillas, Tila, La Libertad, Catazajá y San Cristóbal de Las Casas.

Las intensas lluvias de hasta 230 milímetros en un solo día provocaron que 98 ríos y arroyos se desbordaran y ocasionaran el fallecimiento oficial de 86 personas, que 800 centros de población quedaran incomunicados y resultaran damnificados más de 700 mil habitantes, de los cuales 92 mil tuvieron que permanecer en albergues durante semanas o meses, debido a a que se quedaron sin un lugar en dónde vivir.

“Los daños causados por el huracán Stan en el estado de Chiapas, se estimaron en más de 15 mil millones de pesos, de los cuales ocho mil 786 fueron considerados como directos y seis mil 244 millones cuantificados como efectos indirectos asociados al fenómeno”, precisa un informe del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Caminos, carreteras y ferrocarril

El reporte del Cenapred que este rotativo tiene en su poder, establece que el Stan causó afectaciones a 670 kilómetros de caminos alimentadores estatales y 38 puentes, pero los rurales superaron los dos mil 971 kilómetros y 146 puentes en los 41 municipios de la zona de desastre.

Cantidad similar de daños sufrieron las carreteras federales, sobre todo de la Costa y Sierra de Chiapas, en donde no solamente cayeron decenas de puentes, sino también los deslaves y derrumbes fueron devastadores.

En el caso del ferrocarril, Stan lo dejó inhabilitado, al colapsar 18 puentes y gran parte de vías desde la frontera con Guatemala hasta Arriaga, en los límites con Oaxaca. Lo que es más, la unión entre México y Guatemala a través del tren se terminó, ya que el río Suchiate destruyó el puente Rodolfo Robles y con ello también las instalaciones migratorias y aduanales.

Hasta ahora, el proceso para utilizar el ferrocarril para el intercambio comercial entre las dos naciones permanece suspendido, mientras que en la Costa, apenas volvió a operar en el 2014, aunque sus corridas son muy esporádicas.

Y es que ese medio de transporte no fue incluido en el programa de reconstrucción instrumentado en ese entonces por los gobiernos Federal y del Estado que encabezaban Vicente Fox Quesada y Pablo Salazar Mendiguchía.

Durante el paso de Stan colapsaron más de 300 kilómetros de líneas de conducción eléctrica, afectando a cientos de comunidades y miles de usuarios.

La agricultura, ganadería, pesca y el sector forestal sufrieron afectaciones severas; solamente en el café se presentaron daños en 275 mil hectáreas y de plátano el 50 por ciento de las plantaciones, así como la pérdida de más de 17 mil cabezas de ganado.

En la Costa chiapaneca, el fenómeno causó la destrucción de 827 embarcaciones pesqueras y el azolvamiento de dos mil 920 hectáreas, situación que sigue afectando hasta ahora al sector, al no instrumentarse un proceso de recuperación de esa zona.

Los recursos naturales también sufrieron daños con el deterioro de los ecosistemas forestales y costeros en más de 300 mil hectáreas de la Costa, Soconusco, Sierra y Frailesca.