Alicia Martínez, artífice del movimiento teatral indígena
Fotografía de la maestra y promotora cultural. Cortesía

La maestra María Alicia Martínez Medrano, creadora de un vasto movimiento cultural en territorio indígena, falleció el viernes en Mérida, Yucatán, a los 76 años, luego de una larga enfermedad.

Junto con Cristina Payán, Martínez Medrano fue fundadora del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena (LTCI) en 1983 y nunca cejó en su batalla: en fechas recientes dirigió el montaje monumental del hecho escénico Momentos sagrados de los mayas.

Sus restos serán cremados en la capital yucateca para ser trasladados a la ciudad de México, donde reposarán en una cripta de la Basílica de Guadalupe, al lado de las cenizas de sus padres.

Su primer laboratorio de teatro se asentó en Oxolotán, Tabasco, que se inauguró con la escenificación de Bodas de sangre, de Federico García Lorca. En la selva, era una experiencia alucinante: caballos, sudor, estrépito de rocas, un caudaloso río y los versos de Lorca y el calor entre las hojas de los árboles y los versos de Lorca y el bufar de los caballos y la espuma de sus belfos y los versos de Lorca y el rojo intenso de la tierra, la sangre en sus bodas con la poesía, en los versos de Lorca.

Ese montaje fue la obra maestra de María Alicia. Su divisa. La llevó a los lugares más inusitados, entre ellos Nueva York. También, al Bosque de Chapultepec. Es una impronta.

Perdura su obra en los integrantes del LTCI en X’ocen (pronunciado Shoquén), con un montaje de La dama boba, de Elena Garro, con la dirección de María Alicia y Delia Rendón, su compañera.

Allí también se desarrollan actividades académicas y artísticas, en la Escuela Normal Institucional Bilingüe Maya María Alicia Martínez Medrano.