Alza del dólar poco beneficia a familias

El director e investigador del Centro de Estudios Superiores México y Centroamérica (Cesmeca), Alain Basail Rodríguez, afirmó que en apariencia la devaluación del peso frente al dólar “pareciera que favorece a las familias” que reciben remesas de Estados Unidos, pero “es un espejismo, porque hay que considerar el incremento de la canasta básica, lo cual también se expresa en los mercados, en los precios de alimentos, insumos y bienes, la mayoría de ellos importados a veces” del vecino país del norte.

“Es engañoso sostener que la convertibilidad temporal del dólar está favoreciendo a los hogares y economías familiares, toda vez que hay que considerar realmente el costo de los bienes básicos y los incrementos de otros costos”, agregó en entrevista.

“Lo interesante es también que las cifras de remesas están dirigidas básicamente a consumo básico y a mantener niveles de escolaridad probablemente, por lo que habría que ver si realmente están impactando en el desarrollo de proyectos económicos en la recuperación, por ejemplo de la misma producción agrícola chiapaneca”.

Señaló que las remesas que envían los chiapanecos que trabajan en Estados Unidos “no están impactando en otro tipo de proyectos productivos ni en la recuperación de la economía y la agricultura familiar de traspatio”.

Manifestó que “las remesas tienen un impacto en la contención de los niveles de pobreza, en asegurar ciertos niveles de reproducción básicos y en elevar el nivel de vida de ciertas familias, pero es una cifra engañosa porque es dependiente de esas esas remesas y no en la reinversión de esos recursos en otro tipo de proyectos productivos que permitan una sustentabilidad de estas economías familiares”.

Basail Rodríguez recordó que desde la década de los 90 del siglo pasado y la primera del actual, Chiapas se consolidó, sobre todo en la migración internacional, “como uno de emisores de migrantes más importantes después de que se conectó a los circuitos migratorios de manera tardía, porque otros estados de México tienen segunda o tercera generación de migrantes”.