Anahí de Velasco convive con mujeres artesanas

Anahí de Velasco visitó una familia conformada por mujeres, quienes a través de la realización de bordados logran salir adelante y mantienen su hogar.

De manera sorpresiva, la esposa del gobernador Manuel Velasco Coello llegó a una de las primeras casas que se ubican a la entrada del municipio de Zinacantán. 

Es la vivienda de Rosa Pérez González, madre soltera de 41 años de edad, quien lleva 28 años trabajando el telar y elaborando los distintos bordados que caracterizan a este municipio indígena.

Parada en la puerta principal de la vivienda, Anahí de Velasco llamó la atención de las artesanas:“Buenos días, ya estoy aquí, encantada de venir a conocer lo que están haciendo... tienes unas bellezas”, expresó.

Posteriormente, junto a las mujeres, recorrió la casa y atentamente escuchó la explicación de cómo llevan a cabo las diversas piezas entre las que destacan bufandas, faldas, la tradicional capa y las famosas blusas bordadas con las flores características del lugar.     

Junto a su madre, sus tres hijas, una prima y su comadre, Rosa ha establecido un negocio familiar en el que trabajan aproximadamente siete horas al día; la jornada comienza con la instalación del telar y posteriormente enrollan los hilos que van a utilizar para la confección de las prendas.

Para confeccionar una sola de estas tradicionales piezas se necesita al menos una semana de trabajo.   

Instalada en el corredor de su casa, Pérez González le explica a Anahí que el arte del bordado y el telar se transmite de generación en generación, es por ello, que hoy sus hijas mayores ya tienen herramienta que les ayudará a salir adelante.

Fascinada con los colores y las texturas, la esposa del mandatario estatal avanza por la casa, admira suéteres, blusas, caminos de mesa, así como el traje tradicional para hombres y el vestido de novia que usan las mujeres de Zinacantán.

Para sorpresa de la propia familia, Anahí de Velasco llegó hasta la cocina donde siguió conviviendo con las mujeres de la casa y compartió con ellas los alimentos: tortillas, frijoles y queso de la región.

En un ambiente familiar y antes de concluir la visita, entregó a Rosa Pérez González una máquina para bordar, misma que le permitirá realizar su trabajo de forma más rápida.