El arancel del 25 por ciento que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prevé poner a la industria automotriz es poco factible, pero en caso de prosperar afectaría más al mercado y a los consumidores americanos.

El presidente ejecutivo Nacional de Autopartes, Óscar Raúl, descartó una afectación en la industria mexicana de corto plazo, debido a que los procesos de producción son de al menos cuatro años, y confió en que el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) concluya sin esta medida.

“Aunque hubiera normas locas establecidas en el mercado no habría forma de cambiar la cadena de abastecimiento en el corto plazo, es decir, en menos de cuatro años, entonces no creo que podamos ser afectados en la fabricación de autopartes ni de automóviles en México en el corto plazo”, dijo.

No obstante, consideró que esta medida “no sería un golpazo para la industria automotriz en México, sería un golpazo para la industria automotriz mundial”, porque Estados Unidos importa autos de Canadá, México, Japón, Corea, Alemania y otros países, abundó en entrevista, después de la firma de un convenio con el Instituto Fonacot.

“Estarían ellos mismos perjudicándose tremendamente y dañando las relaciones comerciales que hay con todo el mundo”, porque todos los autos que Estados Unidos importe tendrán ese 25 por ciento adicional y saldrían más caros para los consumidores.

En Estados Unidos se fabrican 12 millones de automóviles con autopartes hechas en Mexico y otras partes del mundo, “y estarían provocando que los automóviles que ellos produjeran fueran mucho más caros, entonces el perjudicado al final es el mismo consumidor americano”.