Aproximadamente 50 mil pesos se llevaron cinco ladrones armados, quienes irrumpieron la tarde-noche del miércoles en una conocida tienda en pleno centro de Tuxtla Gutiérrez. No hubo lesionados ni detenidos.
Los facinerosos eligieron la hora en que ya casi cerraban el establecimiento. Esperaron pacientemente para que el dinero se acumulara.
Entraron al negocio ubicado en la avenida Central esquina con 4ª Poniente de la capital chiapaneca. Llegaron como si fueran clientes. Eran cinco jóvenes.
Sin cubrirse el rostro, según narraron clientes y empleados de la referida tienda, el grupo de facinerosos se dividió. Tres se fueron al tercer piso, a la caja de Banco de la tienda; los otros se fueron a la caja de la planta baja, donde pagan los clientes.
Con armas cortas amagaron a los cajeros. Una señorita, cajera del tercer piso entró en crisis nerviosa al ver las armas que le apuntaban. Y entregó el dinero en efectivo.
Aunque había muchos hombres, nadie tuvo la osadía de oponer resistencia.
Los ladrones huyeron con el dinero a pie. Dieron vuelta sobre la 4ª Poniente, hacia el norte, según refirieron unos jóvenes que estaban en la entrada, sentados sobre la acera.
Policías estatales y municipales arribaron al lugar para confirmar el ilícito. Afuera de la tienda, las patrullas PC-060 de la Policía Municipal, así como la motopatrulla 0024 y la unidad 30008, de Fuerza Ciudadana.
Adentro, los elementos preguntaban sobre el desarrollo de los hechos y esperaban cuantificar el botín robado.
Con voz entrecortada, la cajera aún muy nerviosa, narró los hechos. Y tras hacer un arqueo de caja se dedujo que el monto oscilaba en los 50 mil pesos. En una caja se llevaron 20 mil 394 pesos. El resto, en la segunda.
¿Y las cámaras?- Preguntó un comandante
Pues, las controlan desde Culiacán.
Mmmmmmmmm…
Los oficiales se retiraban, cuando como despedida y consuelo el comandante del Grupo Táctico le dijo a la llorosa cajera: “Van a caer pronto, se lo aseguro”.
Afuera unos peatones, al suponer el robo por ver las patrullas, leyeron lo escrito en la pared de la tienda que dice: “Su crédito vale más que el dinero”, y sonrieron. “A los rateros no les importó el crédito, sino el dinero”.