Artista plástico Sergio Peraza y su obra cumbre
El escultor Sergio Peraza. Cortesía

Con apenas 28 años de edad Sergio Peraza exhibió su primera pieza en 1994. Se trataba de Cantinflas Torero, que elaboró junto con su padre, Humberto Peraza.

Desde entonces, el escultor no ha dejado de trabajar como lo demuestran las casi 200 piezas piezas que ha creado, entre ellas 40 bustos de personajes del mundo de la cultura, el arte, los espectáculos y la política, y hasta una obra monumental única en su tipo en México: Stella Maris, un coloso en bronce de 12 metros de altura que se erige dentro del mar, a 26 metros del malecón de Ciudad de Carmen, Campeche.

Heredero y aprendiz de Raúl Anguiano, Luis Nishizawa y de su padre, Humberto Peraza, el artista plástico habla con La Razón sobre sus proyectos.

“Stella Maris, la virgen del Carmen, que está en Ciudad del Carmen, Campeche, la disfruté mucho, la sufrí mucho. Batallé con esa escultura desde el inicio. Toda mi vida antes de Stella Maris me fue preparando para esa culminación. Ésa es la obra que más he disfrutado. Para ser escultor se necesita una mística de amor a la escultura”, dice.

Ahora Sergio Peraza se ocupa más de su obra personal, entre las que destaca un escultura que comenzó tras el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México, la cual incluye a la perrita Frida y a los jóvenes voluntarios que ayudaron en las labores de rescate de víctimas. “Hay proyectos de otros bustos, pero estoy haciendo obra libre. Tengo que hacer obra para gozarla”, afirma.

Sobre la situación del arte en el país, Peraza opina que la crisis no es creativa, sino de liderazgos. “En México no existe ninguna crisis de inspiración, ni de talento artístico. Lo que existe es una crisis de valores. La sociedad necesita héroes, pero ya no hay”, afirma.

“Nos hace falta que la sociedad vea que los héroes no solamente son los futbolistas. Seguro que hay buenos escritores, buenos poetas y gente que podrían ser los héroes que tanto nos faltan”, señala.