Una casa habitación de la colonia Maya fue saqueada por amantes de lo ajeno, aprovechando que la reina del hogar salió para ir por su hijo a la escuela y a la tienda por unas cosas para la comida.
El reloj dio las 13:00 horas y María Blanca Hernández Argumedo (58 años), salió de casa, subió a su auto, un Pontiac G3, azul ópalo, placas 829-VAT, del Distrito Federal, y enfiló a la escuela primaria de su menor hijo.
La institución educativa no está muy lejos de su hogar. En la casa, marcada con el número 272, sobre la avenida Kalakhul y Palenque, dejó a sus mascotas, unos perros Chihuahua.
Tras subir a su vástago a la unidad automotriz, la dama fue a la tienda por unos lácteos que servirían para la comida del día.
Estacionó su coche frente a su casa. Había transcurrido 30 minutos. María se sobresaltó al ver la puerta que da a la calle, abierta, y más se asustó al ver que sus perritos, los cuales había dejado adentro de la casa, estaban afuera.
El corazón le dio un vuelco al pensar que olvidó cerrar la casa, y su temor aumentó al ver la chapa de la puerta interior, violada.
Al ver la sala, ya no estaba la pantalla plana. Corrió a los cuartos y encontró todo revuelto. Los facinerosos buscaron algo de valor, como joyas o efectivo.
La agraviada, tras revisar ligeramente, no encontró otro faltante más que la pantalla, pero los policías indicaron que probablemente después detecte algún faltante más.
Ningún vecino vio nada, por lo que se ignora si era uno o más, el autor o autores del robo.
La afectada descartó presentar su querella formal.
Las patrullas PC-66 de la Policía Municipal, una moto patrulla de la misma corporación, así como las unidades motorizadas 00024 y 00019 de Fuerza Ciudadana, se marcharon con los datos, sin siquiera intentar la búsqueda del o los facinerosos. No habían datos de él o ellos. Probablemente, él o los facinerosos huyeron en un auto o taxi, como suelen hacerlo.