Ausencia de políticas claras en seguridad

Así como lo marcaron por meses las encuestas, Andrés Manuel López Obrador es el virtual presidente electo. Tras más de una década en campaña, el fundador del partido Morena logra lo que en dos ocasiones no pudo y, a partir del 1 de diciembre, será el presidente de todos los mexicanos.

Una vez que haya asumido el cargo, AMLO deberá enfrentar la crisis de violencia que vive el país y la debilidad institucional para atenderla, en un contexto de atomización territorial de la misma y un desencanto social.

Preocupa la ausencia de propuestas claras de una política de seguridad durante la campaña de AMLO. En el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) publicaron un análisis de la misma en la plataforma #PorUnMéxicoSeguro y, con base en lo que el candidato mandó —sin apegarse a lo que se le pidió y de manera extemporánea—, se afirmar que su propuesta carece de claridad presupuestal; discursivamente se habla de prevención por encima de la reacción, al tiempo que las acciones planteadas son meramente reactivas y reproducen el modelo ya propuesto por Felipe Calderón.

La similitud con la política de Calderón es tal que la frase “más becarios y menos sicarios” la pronunció en 2006 el ex presidente y, en 2012, el actual gobernador de Morelos, Graco Ramírez; que plantea mantener a las fuerzas federales en las calles mientras se fortalecen las policías locales, sin que exista un plan para que las Fuerzas Armadas regresen a los cuarteles.

Lo que parece más grave es que confunde responsabilidades y alcance del gobierno federal con las competencias estatales: propone una Secretaría de Seguridad Pública Nacional, lo que es un serio peligro para el federalismo.

Hay un simplismo y una vaguedad sobre algunas prácticas que podrían ser consideradas como innovadoras, tal es la sustitución de cultivos, donde asume que quien siembra amapola o marihuana lo hace por iniciativa propia, sin vivir en un contexto de amenaza, que lo dejará tras ser invitada a sembrar maíz, sin claridad de los apoyos, costos o arquitectura institucional que esto implica.

Al ONC les sorprendió que en el documento que el equipo de AMLO envió en ningún momento se hable de amnistía; debido a su falta de disponibilidad a dialogar, podemos suponer que esta falta se debe a que carece de un plan de implementación.

Precisamente la falta de disposición para abrirse a la sociedad civil, confirmada una y otra vez en diversos temas, parece un predictor de lo que podría ser su gestión: un presidente que escucha solo las voces a favor y desvaloriza la crítica. 

El 1 de diciembre AMLO deberá gobernar con todos y para todos; en el ONC estará atentos y dispuestos a colaborar para que esas vagas ideas que presentó se transformen en políticas con indicadores y que su cumplimiento lleve a las mejoras que por más de 10 años ha prometido.