Barcelona ganó 2-0 a Sporting de Lisboa

El Barcelona se deshizo sin problemas (2-0) de un Sporting de Lisboa que no tuvo ninguna ambición en un partido que se le hizo cuesta arriba, ya que no solo necesitaba una victoria, sino que para clasificarse para octavos de final de la Champions League también requería que Juventus no ganase en el campo del Olympiacos.

Barcelona sumó un nuevo triunfo en un partido en el que no tenía ningún exigencia deportiva, ya que desde la anterior jornada ya se había hecho con la primera posición para pasar a cuartos.

Barcelona apostó por una delantera sin Lionel Messi, que estuvo en el banquillo, y el juego azulgrana notó la falta de la chispa que le suele poner el argentino. No obstante, Denis Suárez asumió el rol de darle el toque de creatividad que necesitaba el equipo de Ernesto Valverde.

El Sporting adoleció de ambición en un partido en el que no solo necesitaba un triunfo sino que el Juventus no ganase en el campo del Olympiacos. Tuvo sus instantes de dominio, con Bruno Fernandes como hombre más destacado en el movimiento del esférico, pero no ofreció nada sobresaliente en la ofensiva.

Oportunidades

El Barça estuvo cándido en las primera oportunidades que elaboró, en las que primero Denis Suárez pecó de inocencia en un buen balón que le brindó Luis Suárez. Tampoco estuvo resolutivo Aleix Vidal en otro centro de Luis Suárez. Poco antes de cumplirse el primer tercio de la primera parte, Vidal y Denis Suárez no supieron conectar un balón que se sacó el ariete uruguayo llegando hasta la línea de fuera.

El Sporting sacó dos jugadores de refresco en el segundo acto (Bas Dost y Gelson Martins), apostando por dar un paso adelante, pero a excepción de un par de acciones tímidas en ataques, el Barcelona volvió a tomarle el pulso y dominar el balón, hasta que Paco Alcácer cazó uno en un saque de esquina y de cabeza marcó gol (1-0).

Era el 58, el Sporting había encajado un tanto, el Juventus seguía ganando y Messi entró en el campo. Además, en la ocasión más clara de los portugueses, Bas Dost se encontró con un balón de oro para rematarlo sin oposición y de cabeza, pero Jasper Cillesen hizo la parada de la noche.

Con Messi en el campo, al Barcelona se le hizo más llevadero el partido, especialmente porque el argentino volvió a ser el polo de atracción de todos los balones que emprendían camino hacia el área portuguesa.

En el tramo final del partido, un pase en profundidad de Messi a Denis Suárez propició un centro raso de este a Alcácer, pero se cruzó el exbarcelonista Jérémy Mathieu, que se echó al suelo y envió el balón al fondo de las mallas (2-0).