Boom turístico

El pasado mes de septiembre se celebró en Changdou, China, una edición más de la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT). El carisma que al paso del tiempo imprimió a su liderazgo como secretario general Taleb Rifai, quien, por cierto, fue recientemente distinguido por nuestro país con el “Águila Azteca”, supuso que la temática de esta reunión se centrara en su proceso sucesorio —pues al final de este año concluirá su mandato— habiendo sido ratificado en la posición para el periodo 2018-2021 el georgiano Zurab Pololikashvily.

No obstante lo anterior, muy probablemente, el aspecto más relevante producto de las deliberaciones de la citada asamblea fue la aprobación del texto para la Convención Marco sobre Ética del Turismo, que será la primera convención de cumplimiento obligatorio para los países firmantes, que se concrete en materia turística.

La convención llevará a una nueva dimensión la relevancia de promover un turismo responsable, sostenible y con accesibilidad universal, tomando como antecedente y columna vertebradora a los principios vertidos en el Código de Ética Mundial del Turismo, aprobado en 1999, cuya observancia era de carácter meramente voluntaria.

Me parece por demás importante tener en cuenta los principios antes mencionados y dentro de los que, por ejemplo, se cuentan: la contribución del turismo al entendimiento y respeto entre personas y sociedades; el turismo como instrumento de desarrollo personal y colectivo; el turismo como actividad benéfica para las comunidades y los países receptores; el turismo factor de desarrollo sostenible; de igual forma, la Convención supondrá la obligación para los agentes del turismo en temas como la transparencia en los contratos entre turistas y prestadores de servicios y la indemnización en caso de su incumplimiento; así como la existencia de seguros, y de manera conjunta con las autoridades respectivas el velar por la seguridad de los turistas.

No suena como una consideración menor el llamado (ahora con tintes de obligatoriedad) a los medios de comunicación para difundir información veraz y equilibrada sobre las situaciones que puedan influir en las corrientes turísticas.

A final de cuentas, la Convención pretende dar un marco legal universal a la operación cotidiana de la industria de manera sostenible, incluyendo el derecho al turismo, la libertad de movimiento para los turistas y los derechos de los empleados del sector.

Como es de esperar, habrá de pasar un periodo (no necesariamente corto) para que la convención sea ratificada y se convierta en un instrumento jurídico de pleno derecho; aunque es difícil estar en desacuerdo con sus contenidos, habrá que prepararse para que los preceptos que se incluyen en este documento sean digeridos y llevados a la práctica, adaptando, si es el caso, los marcos legales y reglamentarios de los países. México deberá entrar en un proceso de revisión de las implicaciones de la nueva convención e iniciar los trabajos preparatorios para que cuando se llegue el momento de la implementación no haya sorpresas.

¿El inicio del fin del boom turístico?

En el marco del pasado XVII Congreso de Turismo del Consejo Nacional Empresarial Turístico y IX Foro Académico Turismo Anáhuac, uno de los temas que estuvo presente en las discusiones fue sobre si luego de un largo periodo de expansión, la industria turística, tanto a nivel mundial como en el caso de nuestro país, se aproxima a una desaceleración producto de la complejidad del escenario sobre el que inciden las fuerzas naturales, así como tensiones geopolíticas, terrorismo, inseguridad y una economía que no acaba de consolidarse.

La opinión de la OMT es que en el mundo, el turismo seguirá avanzando por arriba de su velocidad de crucero prevista para esta década (3.9%). Diversos empresarios mexicanos ven signos de preocupación no en el plazo inmediato, pero si hacia las reservaciones para 2018, las que, consideran, empiezan a verse presionadas por las alertas de viaje del gobierno norteamericano sobre el recrudecimiento de la violencia e inseguridad en algunos destinos turísticos. Parec, pues, necesario perseverar en las tareas de fortalecimiento de la seguridad en estos sitios pues el país se juega mucho ante un mercado que sigue teniendo otras opciones de viaje.