Canes entrenados, mejores amigos del soldado

Los canes militares son animales especialmente entrenados para trabajar con elementos del Ejército Mexicano y Fuerza Aérea, cuyo olfato y maniobras han conducido a la detección de dólares, estupefacientes, como cocaína y mariguana en vehículos, varias clases de explosivos y cadáveres en diversas etapas de descomposición.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) utiliza tres razas para este tipo de labores: Pastor Alemán, Pastor Belga Malinois y Rot Wailler, eligidas en base a sus características físicas, su resistencia al trabajo y su rusticidad, pues son perros que tienen una gran resistencia a la fatiga y enfermedades.

Los canes son entrenados para la búsqueda y detección de drogas, búsqueda y localización de explosivos, guardia y protección, rastreo y rescate, con lo que conforman el binomio canófilo (hombre-perro), aseguró en entrevista Carlos Ramón Carrillo del Villar, general de brigada D.E.M.

El Ejército cuenta con un Centro de Producción Canina, ubicado en San Miguel de los Jagüeyes, Estado de México, un campo militar donde se mantiene a casi medio centenar de sementales y hembras para la cría, de donde salen los animales a todo el país, y que se encuentran distribuidos en los puntos de revisión e instalaciones castrenses para las operaciones de rutina.

“Cada perro tiene un manejador, ahí es donde se integra el binomio canófilo y, de manera previa, en las ceremonias especiales, estos perros cumplen una función para integrar el cordón de seguridad”, comentó.

También hay perros entrenados para actuar en la aplicación del Plan DN-III-E, en la búsqueda de víctimas en casos de desastre, además de participar en actividades de obediencia que organiza la Federación Canófila Mexicana con un destacado desempeño.

De acuerdo al mayor médico veterinario, Humberto Paniagua Vázquez, los animales son educados con un estricto proceso mediante el cual aprenden a olfatear todo tipo de riesgos; comienzan jugando con pelotas y otros instrumentos impregnados con diferentes sustancias y, según las afinidades del can, son adiestrados.

Una vez terminada la etapa de socialización, durante ocho meses en la Brigada de Policía Militar a la que fueron destinados, los canes inician formalmente su etapa de adiestramiento por un tiempo de al menos seis meses en búsqueda y detección o guardia y protección, según sus aptitudes naturales.

De esta forma, logran una afinidad y lealtad extremas con su pareja militar con quien realizan trabajos de alto riesgo. Nadan, memorizan colores y olores, saltan obstáculos de más de 2.5 metros, conservan el equilibrio a grandes alturas y soportan posiciones incómodas.

Estos perros, además, realizan labores de seguridad pública y son capaces de extraer olores del aire, les basta una lamida para ubicar aromas extraños.

Con ello se forma entonces el binomio canófilo, es decir, el trabajo en conjunto del hombre (manejador) y el perro, siendo muy importante su integración para la obtención de resultados óptimos en la tarea de resguardar la seguridad pública y auxiliar a la población en caso de desastres.