Carol Miller celebra 60 años de trayectoria
La exposición permanecerá en centro cultural Isidro Fabela hasta el próximo 7 de octubre. Cortesía

“¿Qué es el arte?”, preguntó la artista Carol Miller durante la inauguración de su exposición “Relatos en bronce”, y ahí mismo dio una respuesta: “Es la consecuencia de un proceso misterioso de quien tiene el don; no se puede aprender, se tiene que vivir pero también se puede describir”.

Con 38 esculturas en bronce, realizadas desde mediados de los años 60 hasta inicios de la década actual, se presentó esta exposición-homenaje a la escultora originaria de Los Ángeles, California, quien ha desarrollado en México su obra como artista y escritora.

Es una muestra que se podrá visitar en el centro cultural Isidro Fabela Museo Casa del Risco hasta el 7 de octubre. Se trata de una exhibición que hace un reconocimiento a 60 años de carrera artística, trayectoria que Carol Miller celebró acompañada de sus amigos, su familia, su esposo, el restaurador de arte Tomás González, y que le permitió hablar de lo que ha sido su obra, desde las motivaciones iniciales, hasta ese cotidiano encuentro con el barro.

“Es una retrospectiva espléndida, muy bien armada y cuidadosamente montada”, dijo la artista y escritora, acerca de la muestra organizada por el Centro Cultural y el INBA; precisamente, Magdalena Zavala, coordinadora de Artes Visuales del Instituto, presentó la exhibición y destacó el trabajo de Miller.

La artista habló en entrevista de la exposición: “La idea es revelar un poco, por eso se llama “Relatos en bronce”, está fincada en la idea de que no soy dibujante, soy escultora, pero también soy escritora e investigadora, y la obra se origina en ideas, no necesariamente en plástica.

“Las manos dibujan las formas pero las ideas vienen de mi imaginación y mis referencias, de lecturas, de viajes, de ver gente a lo mejor en la India o sobre los dioses mayas o los animales de África. Es un poco ese transporte visual: idea, ideología, referencia, y por eso se hicieron relatos, porque cada pieza tiene una historia”.

La postura de personas, parejas o felinos, pasajes de la Iliada, animales, incidentes aislados y vivencias personales son ejemplos de las referencias para estas esculturas en bronce que están distribuidas a lo largo de las salas del centro cultural, con una museografía minimalista que está soportada en la fuerza y contundencia de las obras de Carol Miller.

Se trata de una obra figurativa en la que destaca la escultura limpia, bruñida, con algunos experimentos con un barro más suave que incluso abrió caminos hacia la abstracción, aunque Miller no se decantó por esa ruta.