Celebrarán Asamblea Diocesana de Catequistas
Desde el año 2007 las tareas de la catequesis se asumieron directamente desde la Comisión de la Pastoral Profética Diocesana. CP

La Arquidiócesis de Tuxtla celebrará este 15 y 16 de septiembre la Asamblea Diocesana de Catequistas 2017, teniendo como misión fomentar el valor de la familia.

“El papa Francisco ha señalado algunas prioridades pastorales para la Iglesia a tomar en cuenta durante estos años: la familia y la misericordia para poner sobre la mesa la situación de las familias en el mundo actual, ampliar la mirada y reavivar la conciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia”, dio a conocer la arquidiócesis.

Indicó que la invitación para este evento es para todos, y las inscripciones se estarán realizando hasta este 31 de agosto en la sexta norte entre 15 y 16 poniente en Tuxtla Gutiérrez.

En la capital chiapaneca, el Sedipak (Secretariado de la Dimensión Pastoral de la Catequesis) es el encargado de realizar dichos eventos.

Explicaron que desde el año 2007 las tareas de la catequesis se asumieron directamente desde la Comisión de la Pastoral Profética Diocesana, actualmente respondiendo a la reestructuración pastoral que vive la Iglesia de México, y se delimitaron tareas y responsabilidades en cada una de las dimensiones, siendo la catequesis una de éstas.

Se integró el Sedipak cuya animación general ha sido delegada a la comunidad de Hermanas Catequistas de Jesús Crucificado.

En abril 2007 se inicia el Proyecto de Formación básica para catequistas “Llamó a los que Él quiso”; y en octubre 2007 se inicia la elaboración del proyecto del Sedipak.

El Secretariado de la Dimensión Pastoral de la Catequesis recordó que la iglesia es la maestra de la Misericordia, y está llamada a ofrecer una propuesta para las familias cristianas, que las estimule a valorar los dones del matrimonio y de la familia, y a sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el compromiso, la fidelidad o la paciencia.

Asimismo, a alentar a todos para que sean signos de misericordia y cercanía allí donde la vida familiar no se realiza perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo.

Indicó la iglesia la importancia del catequista, quien es un educador de la fe, el cual tiene un compromiso eclesial, sentido misionero, superación integral, trabajo en equipo, prudencia, entre otras cualidades.

Un buen catequista, además de educar la fe tienen frutos indirectos como promover la vitalidad de la parroquia, promocionar socialmente a sus comunidades, detectar y enviar vocaciones al seminario mayor y menor, y a conventos de religiosas.

Además facilitar el acercamiento de católicos alejados con la parroquia y frenar el avance de las sectas.

Preferentemente, los catequistas deben ser autóctonos, para que tengan más capacidad de inculturación.

En algunas diócesis, se ha establecido el ministerio del catequista como una estructura estable y respaldada por la Jerarquía para desarrollar la Nueva Evangelización.

“Es conveniente este ministerio, por ser el catequista parte vital en la predicación y en la vida de la Iglesia. Recordemos que un ministerio es dar valor público y respaldo comunitario a una tarea eclesial. El catequista es un ministro de hecho, porque tiene su valor ante todos y la comunidad lo necesita”, indicó la arquidiócesis de Tuxtla.