Apadrina un árbol

La deforestación, incendios, invasiones, urbanización e introducción de plantas exóticas son las principales causas que han propiciado que Tuxtla se convierta en un lugar con extremas temperaturas, pese a ser un valle. Las consecuencias se reflejan en la actualidad con el cambio climático y lo peor, es que no existe conciencia ambiental, sigue la sobre explotación de la tierra, flora, fauna y la contaminación de los ríos.

En este sentido valdría la pena tomar conciencia y empezar a hacer algo para mejorar las condiciones ambientales actuales, que empiezan a ser desastrosas y sembrar árboles sería fundamental para intentar revertir los daños al medio ambiente.

Manuel Rivera Jaramillo, curador general de exhibición de flora silvestre del Jardín Botánico “Dr. Faustino Miranda” de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), explicó que para dar este paso, tampoco se debe sembrar por sembrar, se deben tomar en cuenta diversas características, por ejemplo; el tipo de especie de árbol que se va plantar.

En Tuxtla Gutiérrez, dijo, nos aproximamos al millón de personas, sin embargo, cada día que avanza vemos menos espacios verdes que son remplazados por centros comerciales, avenidas o estacionamientos. Pero ante lo que se advierte con el cambio climático, la ciudadanía, de forma conjunta con el gobierno, deben sumar esfuerzos en pro de un futuro más ambiental, y que no siga en decadencia como hasta ahora.

Diversidad

Rivera Jaramillo detalló que en la Depresión Central de Chiapas se cuenta con al menos 300 especies de flora, de las cuales 60 pueden darse de forma gratuita en las oficinas del Jardín Botánico; actividad que ha llevado a cabo de forma ininterrumpida desde 1997. De entre dos a tres ejemplares, la ciudadanía puede adquirir árboles, palmas y plantas chicas, medianas y grandes, para un huerto, una terraza, departamento, patio, escuela o parque.

El curador general recalcó que en los programas de reforestación solo dotar de 5 o 6 especies sería contraproducente al resto de la vegetación y saturar de una misma especie a la capital chiapaneca.

Además, recordó que el Jardín Botánico opera desde hace más de 70 años, no obstante, fue hace 22 años cuando dio inicio el programa de donación de especies de flora a la ciudadanía con el fin de reforestar. Sobre esto, mencionó que en los últimos años han decidido trabajar de forma independiente, a fin de que los trabajos se le de continuidad.

Rivera Jaramillo manifestó que si se plantan especies nativas, se tendrán menos problemas para su crecimiento, ya que difícilmente tendrán plaga, sirven como elementos de paisaje y retomarían los elementos ambientales que se tuvieron hace décadas. Sin embargo, debido a la fuerte urbanización de la ciudad, han quedado pocas especies.

En ese sentido, dijo que una ciudad ordena empieza con la planificación y construcción de las edificaciones.

“Sabemos que la persona que paga manda, pero los especialistas de la construcción podrían optar en generar nuevos escenarios y paisajes que tomen en cuenta a la flora nativa, no verlas como un obstáculo” afirmó.

¿Qué plantas sembrar?

El curador general dijo que para tratar de sembrar una planta se debe tener cierta orientación para sus necesidades y cuidados. Desde el Jardín Botánico, se realiza un entrega personalizada de las especies, después de haber preguntar que espacio se tiene disponible, si se encuentra cercano a otros árboles, hay suelo profundo, está en una ladera, la orientación hacia el norte o sur, luego de todo ello, se puede decidir si se necesita un árbol frutal, alguna ornamentaría o uno que de sombra todo el año.

Basados en los más de 26 años de trabajo ese Rivera Jaramillo y en el libro “Flora Nativa de Tuxtla Gutiérrez, algunas de las especies que recomiendan sembrar, son:

Cupapé: es un árbol que puede alcanzar hasta los 10 metros de altura, con un tronco cilíndrico y con 70 centímetros de diámetro. Es de corteza figurada, escamoso y color grisáceo o blanquecino. Sus hojas son simples alterna. Además, sus frutas son dulces.

Hormiguillo: árbol que puede alcanzar hasta 30 metros de altura y un diámetro de 60 centímetros, su madera es apreciada para hacer las marimbas. Además, usualmente está habitado por hormigas que muerden dolorosamente, de ahí su nombre común.

Morro: árbol de 6 metros de altura, tronco con 30 centímetros de diámetro, su corteza es leñosa y lisa. Su corteza es ancha y abierta, con follaje dispuesto en grupos sobre las familias. Sus hojas de varios tamaños en un mismo grupo, de color verde oscuro. De esta especie, se hacen las jícaras en las que seguramente has tomado pozo se obtiene del fruto de este árbol.

Malitisguate: es un árbol caducifolio de 30 metros de altura con un diámetro de talle de 100 centímetros. Su principal uso es como planta de sombra y ornato a la orilla de los caminos, avenidas, parques y jardines su belleza es su floración rosa. Además, se utiliza como recurso medicinal para combatir hongos y picaduras de serpientes.

Nambimbo: para el curador general, esta especie sería la más indicada para reforestar Tuxtla Gutiérrez, ya que es un árbol que da sobra, alimenta otras especies de fauna, tiene una coloración atractiva de verde a naranjas y da frutos.

Flor de Lechita: respecto a especies más pequeñas, existe la flor de lechita, una derivación de la noche buena.

Chilca: es un arbusto de 3 a 5 metros de altura, de rápido crecimiento y muy resistente a condiciones adversas. Sus semillas y látex son venenosos, además contiene glucosaidos que actúan como estimulantes cardiacos, aunque es utilizado en la medicina popular, su empleo es peligroso.

Chinche malinche: arbusto que puede llegar a medir hasta 10 metros, con el tronco delgado y liso, tiene un follaje vistoso. Sus hojas están divididas y asemejan plumas, además, se agrupan en racimos largos, son llamativas y aromáticas. Sus frutos son varias alargadas de color vedes, cuando maduran son cafés y se abren, sin embargo, también son venenosas.

Información

El curador general invitó a la ciudadanía que al momento de adquirir un árbol o bien tener la intención de reforestar se documente bien de las especies con las que va a trabajar, ya que muchas veces se guían por el tamaño, la sombra o el fruto sin tomar en cuenta las necesidades que requiere.

“Se necesita tener información para el manejo de la planta, muchos piensan que cuando siembras algo se tiene que regar todos los días, pero no es así, inclusive de hacerlo puedes dañar y disminuir su tiempo de vida” dijo.

Rivera Jaramillo explicó que al seguir con trabajos de flores nativas, los demás viveros deben sugerir se retome la urgencia de plantar especies originarias de nuestra capital y no caer en más errores.

Por ejemplo; la primavera, aunque es una especie de Chiapas, no es originaria de la Depresión Central, ya que es más del Pacifico, no obstante, se ha plantado en banquetas, avenidas, lo que ha causado que se rompan la infraestructura y no avance en su crecimiento y existen otras especies que desafortunadamente, no son aptas para banquetas.

Zonas prioritarias

Al ser cuestionado sobre que zonas tendrían que ser las más urgentes para ser reforestadas, Rivera Jaramillo contestó que en general toda la ciudad, ya que Tuxtla esta asentada bajo un gran valle y contaba con una diversidad destacada, pero a décadas de ese espacio, hoy está cubierta por urbanización, sin embargo, eso no significa que no se puede ayudar al medio ambiente.

En la actualidad solo quedan islas de vegetación en la capital que requieren no solo de su conservación, sino también de ampliar su extensión, como es el caso de la Reserva El Zapotal así como el Cerro Mactumatzá.

Entrega de ejemplares

Por su parte, Oscar Farrera Sarmiento, director del Jardín Botánico, dijo que la donación de especies de flora para la ciudadanía se ha hecho ininterrumpidamente desde 1997, donde se apoya con dotar de 2 a 3 ejemplares de más 60 especies que se tienen a disposición.

De 9 a 1 de la tarde, cualquier ciudadano o ciudadana puede acudir a las oficinas ubicadas en la Calzada de las Personas Ilustres y adquirir alguna especie, que puede ser árboles, palmeras o plantas que den frutos y sombra a la vez.

¡A sembrar!