Aserraderos, herramientas de sustentabilidad ambiental
El aserradero tiene una capacidad instalada de 5 mil metros cúbicos anuales.

“El aserradero en el ejido Tierra y Libertad, perteneciente al municipio de Villaflores, y es un ejemplo de la consumación de apoyos otorgados a las comunidades dentro del programa de Silvicultura Comunitaria, una forma de dar seguimiento al trabajo de los ejidatarios productores y que trabaja según la normatividad para asegurar que el aprovechamiento de madera sea factible y sustentable”, según explicó en entrevista para Cuarto Poder, Alejandro Curiel Álvarez, jefe del Departamento de Capacitación y Transferencia de Tecnología de la Gerencia Estatal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

El ejido Tierra y Libertad ha tenido una serie de apoyos desde 2007, cuando se hizo un financiamiento para producciones no maderables; posteriormente en 2009, 2010 y 2011 se otorgó un apoyo ligado a un programa denominado Silvicultura comunitaria.

Para continuar apoyando a los ejidatarios se proyectó la ejecución de un aserradero, que viene a significar la parte productiva del trabajo integral que hasta el momento se había realizado, colocando así el último eslabón de la cadena productiva.

Programas integrales

Un programa de manejo sirve para determinar la cantidad de madera que es factible aprovechar para el aserradero y da la pauta para hacer un aprovechamiento racional del bosque que sea sustentable y de manera simultánea se encuentra el proyecto de ordenamiento territorial comunitario.

Entonces con los programas de ordenamiento, manejo y ejecución del aserradero, se tiene de manera integrada toda la parte del aprovechamiento del bosque que hizo posible establecer con relativo éxito el aserradero.

La puesta en marcha de un aserradero en la biosfera de la reserva de La Sepultura tuvo inconvenientes con algunos resquicios legales, los cuales tuvieron que subsanar mediante la modificación del proyecto. Hubo una recategorización de la reserva y eso obligó a modificar ciertos aspectos en materia de conservación, referentes sobretodo a la forma de manejo del recurso; se tuvo que segregar algunas áreas para la conservación y otras más para la conservación de acuíferos.

Una vez adecuado el proyecto a la normatividad vigente se tuvo la posibilidad de contar con un programa mejorado para manejar su territorio, que incluyeron criterios de contabilidad y de altos valores para la conservación. La inclusión de áreas que en el primer programa de manejo no estaban incluidas permitió trabajar en el marco de la legalidad.

Sin embargo, surgió otro contratiempo: el predio está alejado, es el último ejido dentro de la brecha y eso elevó los costos del flete, no obstante, los productores agenciaron compradores.

En Tierra y Libertad la luz es muy intermitente, cuando hay lluvia o vientos fuertes la energía eléctrica se corta y no tienen forma de procesar la madera; por eso se está buscando la forma de que tengan una planta de luz y puedan aprovechar las instalaciones incluso cuando la electricidad falla en el ejido.

Se trató de hacer a través del programa de Transferencia de Tecnología de la Conafor, pero el proyecto no pudo ser apoyado porque el año pasado hubo mucha demanda en ese rubro; ahora se está trabajando en la búsqueda de una alternativa.

El aserradero

La extensión del aserradero es de entre 400 y 500 hectáreas, se echó a andar en 2010, trabajó entonces casi un año y cerró; luego fue reabierto en 2014. Tiene una capacidad instalada de 5 mil metros cúbicos al año, pero la cantidad que el ejido tiene permitido extraer es menor: dos mil metros cúbicos.

La ejecución del aserradero ha beneficiado a productores y pobladores del ejido que trabajan en él, pero también a gente de otros estados que llegan a emplearse debido a sus capacidades con la maquinaria.

Instalar y habilitar el aserradero requirió de la compra y puesta en marcha de la maquinaria, habilitación de la galera, contratación de luz y capacitación en materia de procesos, de tal forma que pudieran ellos obtener las tablas de una mejor calidad.

Inversión

La puesta en marcha del proyecto en sí requirió de una inversión de 625 mil pesos, sumado a esto, el programa de manejo junto con el de ordenamiento territorial necesitó de 230 mil pesos. Adicionalmente se invierten entre 20 mil y 30 mil pesos anuales para prácticas de manejo de vida silvestre y aprovechamiento forestal.