Cooperativa tseltal, ejemplo de “puente intercultural”

Capeltic es una empresa social ubicada en la Ciudad de México, resultado de la labor de 375 familias tseltales productoras de café orgánico, quienes lanzaron la campaña “Ver más allá”, cuyo fin es repensar y reflexionar las vinculaciones entre la comunidad universitaria y la comunidad en las regiones de la Cooperativa de Café en Chiapas.

La organización se ha mantenido por más de 14 años en la Universidad Iberoamericana (Ibero), en la Ciudad de México. Cristina Méndez, codirectora del Grupo Cooperativo Yomol A’tel, el cual produce café orgánico gourmet, destacó el propósito de la campaña para visibilizar el proyecto social del trabajo de comunidades y que no solo se conozca por su producción. De esta forma, se convierte en un “puente intercultural” entre dos culturas: maya y occidental.

Vinculación

Señaló que una de las ventajas de generar una vinculación con el ambiente estudiantil, es que buscan que distintas carreras universitarias se sumen a este proyecto, desde Derecho, Diseño, Mercadotecnia, aquellas relacionadas con los negocios, etc.

Subrayó que buscan relaciones de colaboración más horizontales, que sirvan de vínculo para estos proyectos sociales.

“La meta es que desde la Ibero y desde la cooperativa generemos esta idea como un proyecto social esperanzador para aquellas familias indígenas que trabajan en la cooperativa, y que genera una línea de economía social y solidaria al construir alternativas económicas más justas”, detalló.

De acuerdo con la especialista en café, a través de Capeltic se ha logrado dar un ingreso justo a las familias productoras en Chiapas, donde por lo general los intermediarios abusan con otros comerciantes de café.

“Gracias a este proyecto, nosotros estamos pagando tres veces más arriba que el precio que paga el intermediario, porque el café es un producto, es una materia que cotiza en la bolsa de valores. El precio lo determina el mercado. Tenemos un modelo real, pues las familias, al recibir el tripe de ingreso, también pueden abastecer necesidades básicas como alimentación, salud y educación”, explicó.

Otra ventaja que consideró Cristina, es el hecho de que con este modelo que aplican, los mismos cosechadores ya pueden probar el café que producen, ya que por lo regular al tener pocas ganancias con los intermediarios no podían darse el gusto de consumir su propio producto, pues representaba una pérdida.

“Cuando ellos experimentan su café a través de una bebida más preparada, como un capuchino, un frappé u otra variante, hasta las mismas familias productoras se sorprenden. La apuesta de Capeltic es justo esa, el desarrollar capacidades para que ellos mismos se apropien de sus procesos y de su trabajo”, señaló.

Asimismo, resaltó que Capeltic no se identifica por su producción a gran volumen, sino que prefiere enfocarse en la calidad, además de seguir ciertos principios y valores que refieren al cuidado de la Madre Tierra. “Tenemos una producción sana, más allá de la certificación orgánica, va más con la cosmovisión de cuidar a la Madre Tierra. A través de esa idea, trabajamos con microlotes de café para un nicho de mercado más [interesado] en café de especialidad y mejor regulado, que es donde nosotros nos estamos posicionando a través de nuestra marca”.