Elección de Oxchuc, un ejemplo a seguir

El ejercicio del derecho a la libre determinación y autonomía que vivió el pueblo de Oxchuc será un parteaguas y ejemplo a seguir para muchos pueblos que desean cambiar de régimen político para elegir a sus autoridades y/o representantes indígenas mediante sus sistemas normativos propios (es decir, usos y costumbres indígenas), indicó el investigador y catedrático de la Facultad de Derecho de la Unach, Marcos Shilón.

“Más cuando el sistema partidario demuestra una fuerte crisis en los intereses del pueblo, puesto que, con este ejemplo de civilidad, democracia directa y participación plural e incluyente, invoca a repensar nuestra democracia chiapaneca, de qué es posible otra alternativa de elección de autoridades sin la participación de los partidos políticos”.

“Lo anterior ejerciendo solamente el derecho a la libre determinación de los pueblos que constitucionalmente ya les correspondía”, precisó Marcos Shilón, abogado postulante, académico, investigador, político postmoderno y promotor de derechos humanos.

Por ello, dijo que el Estado de Chiapas debe avanzar con las reformas constitucionales y reglamentarias para reconocer estás nuevas y añejas formas de elección de autoridades y/o representantes indígenas mediante “usos y costumbres” como un régimen probado frente al sistema de partidos políticos, cómo lo será también en los otros espacios de representación indígena en el poder legislativo.

Afirma en su comunicado que los buenos o verdaderos “usos y costumbres indígenas” jamás se contrapone ni violenta los derechos humanos de las personas como tampoco irrumpe los principios democráticos de la nación mexicana ni la soberanía del estado, puesto que dentro de la pluralidad somos uno, un Chiapas y un México.

Finalmente, señaló que si las autoridades que fueron elegidas y propuestas por el pueblo de Oxchuc, responden a los intereses del pueblo por el bien común de todos, y de mandar obedeciendo, estaríamos poniendo los cimientos de una nueva democracia participativa sin la intervención de los partidos políticos, ya que la soberanía radica en el pueblo, como decía Rousseau.