El respeto por la dignidad humana se debe de aplicar también a quien ha fallecido; no debe de ser objeto de ningún tipo de ofensas, sin embargo, en Tapachula existen aproximadamente 14 funerarias de las que sólo tres se apegan a los protocolos y estándares en el manejo mortuorio, el resto incumple con los servicios que ofrecen y con las normas regulatorias.

En el municipio hay “servicios” funerarios que están a la caza de los cadáveres, y tienen relación con las autoridades de Tránsito del Estado, con Servicios Periciales y otras autoridades, por lo que son los primeros en llegar a los accidentes.

Además algunos montan guardias en hospitales en busca de ser contratados por familiares desesperados ante la tragedia; el problema es que los servicios que ofrecen no los cumplen.

La gran mayoría de las funerarias no tienen el correcto embalsamamiento, también los servicios adicionales como la velación, cortejo fúnebre, entre otros, carecen de un trato digno.

Entrevista

En entrevista con Manuel Chacón y Osmara Torres, representantes de Funerales Bravo, una de las funerarias más antiguas de Tapachula, que lleva 57 años en el mercado local, reconocieron que la mayoría de funerarias de la ciudad y de la región carecen de una regulación.

Lo anterior especialmente en cuanto a su funcionamiento o todo lo que deberían de tener para poder ofertar un servicio.

Hay en el municipio otras funerarias que sí cumplen con las normas y que dan servicios dignos y legales a pesar de la competencia desleal que han enfrentado con las funerarias que cobraron auge en las últimas dos décadas, las cuales se aprovechan del momento que atraviesan las familias que sufren la pérdida de un ser querido.

Estas funerarias ofrecen un servicio sumamente barato con paquetes similares a los de las funerarias reconocidas y establecidas, pero dejan mucho que desear, desde el tipo de ataúd, como los demás servicios; al final el deudo tiene que pagar más de la cuenta porque desean que se les mejoren las cosas.