Incrementan menores en situación de calle

Demandan intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ante incidencia de menores que deambulan en Tapachula, de noche madrugada, exponiéndose a ser violados, reclutados por el crimen organizado o víctimas del tráfico de órganos, sin que haya preocupación por velar por el interés superior del niño y que no atente contra sus derechos humanos.

El dirigente de la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Soconusco, Francisco Aranda Tinajero, señaló que en la región hay una lista de riesgos y peligros existentes para menores, que se agrava con los retos de una ruta migratoria, con pobreza, desempleo, economía agravada y desigualdad social, en la que atiende con mayor esmero a migrantes entre los que se encuentran maras Salvatruchas, maleantes, exguerrilleros, terroristas, delincuentes de alto impacto, secuestradores que ponen en jaque el derecho de los chiapanecos, especialmente a los menores.

Aranda Tinajero que comanda el llamado “Escuadrón Mosquito”, un grupo de menores que realizan actividades de cuidado del medio ambiente, de cursos de seguridad, señaló que en esta región de Chiapas hay un porcentaje alto de población, menores que trabajan en calles en actividades de alto riesgo para su salud, integridad física y moral, y que les limita el acceso a la escolaridad obligatoria y su permanencia educativa en las aulas, sin que se investigue quiénes los explotan o porque no son protegidos por estas instituciones.

Los menores cuyos padres trabajan como “franeleros” o están en grupos en tiendas de conveniencia, han conformado pandillas que utilizan como argumentos que policías o incluso vigilantes de tiendas y comercios los golpean y los detienen arbitrariamente, pero no son llevados al DIF o al tutelar de Menores y liberados, los menores no van a la escuela y en algunos casos además de robar en tiendas o a amas de casa, también son utilizados como observadores para detectar personas vulnerables de ser asaltada o qué vehículo puede ser robado al trabajar para delincuentes adultos o están implicados en el crimen organizado.

Hay menores que trabajan en el basurero municipal en acopio de materiales reciclables expuestos a enfermedades, “niños canguros” que venden dulces y cigarros durante la noche y madrugada, payasitos que son pintados con sustancias nocivas, la gran mayoría extranjeros aunque hay mexicanos, a los que no se les protegen sus derechos infantiles.

Por tal motivo, piden la intervención de las Comisiones de Derechos Humanos, ya que aunque estos niños, mujeres o parejas buscan ayudar a sus gastos o ayudar a su familia, la verdad es que se han eternizado en esa actividad que han vuelto su modus operandi, de tiempo completo y afecta la educación, salud y desarrollo físico, psicológico y moral de los niños, sin que cónsules, el DIF o Inami tomen cartas en el asunto.

La reciente caravana trae a México más migrantes que “trabajarán” en las calles y sobre todo a niños y jóvenes explotados que vienen a sumarse a los que ya están, y aunque aseguran su propia subsistencia y la de su familia, tomarán actitud de condiciones nocivas que traerán más violencia y delitos a Tapachula y la región.