El Instituto Nacional de Migración (Inami) empezó un proceso de recepción de extracontinentales que llevan semanas en espera de ser atendidos para iniciar un proceso de regularización en territorio mexicano.
La desesperación de estos ha hecho que se registren conatos de violencia entre ellos mismos, ante la mirada de agentes federales en la explanada externa de la Estación Migratoria Siglo XXI.
Cientos de africanos, asiáticos y haitianos se arremolinan tratando que les autoricen para ingresar a las instalaciones migratorias, ya que con ello se inicia el proceso legal de documentación.
Los agentes migratorios con megáfono en mano les pedían organizarse para poderlos atender, mientras que en grupos de diez fueron ingresados unos cien de ellos, entre hombres, mujeres y menores de edad.
Al no escuchar su nombre, muchos se arremolinaban en el portón principal de la garita controlada por elementos de la Policía Federal y de la Guardia Nacional.
Los reportes señalan que la Estación Migratoria ya ha sido vaciada de extranjeros y solamente quedan unos 850, entre ellos 150 cubanos y el resto centroamericanos, aunque a diario llegan cientos para ser deportados.
Con letreros en mano en donde establecen la nación de procedencia, los extracontinentales esperan ser llamados para poder ingresar a las instalaciones migratorias, sabiendo que con ello serán documentados y podrán continuar su camino hacia los Estados Unidos.
Las autoridades migratorias guardan hermetismo en torno al proceso que se seguirá con ellos, incluso con los que se encuentran aún albergados en la Feria Mesoamericana de Tapachula, considerando a más de mil 500.
Las vallas metálicas que se encuentran instaladas en la entrada principal de esas instalaciones son derribadas a cada rato por la aglomeración de los migrantes.
Un pequeño grupo de unos 50 centroamericanos que ingresaron en las últimas horas por el río Suchiate en forma indocumentada a territorio mexicano en una “mini-caravana” se entregaron a las autoridades migratorias.
En las primeras horas de ayer, después de caminar varios kilómetros de la población fronteriza de Ciudad Hidalgo, pidieron ayuda a personal del Instituto Nacional de Migración (Inami) que los trasladó a la garita Siglo XXI.