Necesario preservar los manglares

En México existen 764 mil hectáreas de manglares, de las cuales más de 464 mil se conservan en las áreas naturales federales, lo que constituye 60 por ciento de las áreas que posee el país. En Chiapas se localizan unas 28 mil 476 hectáreas, que poco a poco son invadidas por el hombre pese a su importancia, pues constituyen el principal medio para la obtención de alimentos provenientes del mar.

A simple vista, los bosques de mangles lucen como hileras anchas de árboles con raíces, ramas retorcidas y delgadas, que se entrelazan semisumergidas en las playas, desembocaduras de ríos y lagunas de zonas costeras tropicales y subtropicales. Sin embargo, tras esta maraña de plantas hay mucho por descubrir tanto aves como diferentes especies de peces tienen ahí su hogar.

De acuerdo a especialistas del Banco de México, los mangles son árboles que toleran tanto el agua dulce como el agua salada y de los pocos que se han adaptado para vivir en condiciones de inundación y son importantes pulmones del planeta.

Según la FAO, en 2015 se registraban 4,6 millones de hectáreas de manglares en América Latina y el Caribe, con presencia en todas las subregiones menos en el Cono Sur (Argentina, Uruguay, Chile).

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente destaca que son el hogar de moluscos y crustáceos; y la pista de aterrizaje y zonas de anidamiento de gran cantidad de aves. Sus raíces, además, son el refugio de reptiles y anfibios.

Por otro lado, facilitan la salud de ecosistemas adyacentes, como los arrecifes de coral y tienen el doble de la capacidad de almacenamiento de carbono (1.000 toneladas por hectárea) que la que tienen los bosques de tierras altas y cinco veces más que los bosques de sabana.

Son fuente de materia orgánica e inorgánica que sostiene la cadena alimenticia: sus hojas de descomponen para dar alimento a peces pequeños que, a vez, son el bocado de otras especies más grandes.

En los manglares hay gran cantidad de materia prima como madera de calidad para la construcción de casas (su madera es resistente a las termitas).

De sus ramas y hojas se obtienen hierbas medicinales, tinturas, entre otros. La miel del mangle es muy preciada por su dulzura y a la vez por su matiz salado. De sus árboles también se extrae sal.

Justamente por los grandes beneficios que aportan, surge una de las principales preocupaciones de los defensores del medioambiente: los manglares están siendo sobre explotados y cada vez hay más llamamientos para promover la necesidad de protegerlos.

Los manglares son los únicos bosques del mundo que representan una suerte de muro natural que hace frente a las tormentas. Si los manglares desaparecieran, las comunidades también se quedarían sin una de las barreras de protección para mitigar la erosión del suelo.

Expertos del Banco Mundial y de la organización The Nature Conservancy señalan, por ejemplo, que la altura de las olas se puede reducir entre un 13% y un 66% cuando existe un cinturón de manglares de 100 metros de ancho; y si este tiene 500 metros de ancho, el tamaño de las olas disminuirían entre 50 y 100%. Las especies con vegetación más densa son las más efectivas para esta tarea de contención.

Los especialistas también indican que un kilómetro de ancho de bosque de manglar rebajaría los niveles máximos de agua entre 5 y 50 centímetros, lo que en momentos de inundación puede significar una gran diferencia en cuanto a daños a la propiedad y pérdidas de vida.

El experto Michael Beck, de la organización The Nature Conservancy, destaca que: sin los manglares, 18 millones más de personas sufrirían cada año los impactos de las inundaciones.

Si los manglares desaparecieran, un 32% más de personas se verían afectadas por las inundaciones 1 vez cada 10 años y un 16% más de personas se verían afectadas 1 vez cada 100 años.

Aunque los manglares son complementarios a otras estrategias de reducción de riesgo costero como sistemas de alerta temprana, planificación para que las viviendas no se ubiquen en zonas de alto riesgo, entre otras medidas; y aunque su capacidad de protección también esté limitada por factores como la velocidad de los vientos o la altura del tsunami, estos ecosistemas resultan clave a la hora de definir estrategias para defender las costas, cuidar a las personas que las habitan y construir mayor resiliencia ante los desastres.

Pese a su importancia, un 19% de los manglares del mundo desaparecieron entre 1980 y 2005 y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que los manglares, están amenazados por el desarrollo costero sin planificación.

Por ello, durante las últimas décadas del siglo pasado, algunos países de América Latina y el Caribe perdieron entre un 25% y un 70% de la cobertura de manglar, según una investigación de Instituto de Ecología de México.

La noticia esperanzadora es que durante los últimos años se ha decidido proteger cada vez más los territorios con presencia de manglares.