Pez diablo, especie invasora en Chiapas

La invasión del grupo de peces llamados plecos o pez diablo en ambientes acuáticos de la cuenca del Grijalva-Usumacinta, se ha considerado una de las mayores amenazas para la biodiversidad acuática epicontinental y las pesquerías de agua dulce en México.

Los investigadores Emilio Ismael Romero Berny y Jesús Manuel López Villa, señalaron que el pez diablo por sus características reproductivas, morfológicas y etológicas, es llamado una especie invasora “modelo”, con pocos depredadores naturales y una excepcional capacidad de adaptación.

Comentaron que aunque su estatus taxonómico es incierto, se han reportado dos especies del género Pterygoplichthys en Chiapas. “El impacto de esta especie se ha evaluado incipientemente a nivel ecosistémico y económico-social”.

Se reconoce la invasión del pez diablo a un problema biológico, ecológico y socioeconómico que requiere de acciones rápidas y puntuales a fin de mitigar su impacto.

Mencionan que los impactos esperados debido a la introducción del pez diablo en los ecosistemas dulceacuícolas de Chiapas, explica que se puede abordar en dos niveles ecosistémico y económico-social.

A nivel de ecosistemas mencionan los siguientes impactos: Muerte masiva de aves acuáticas, particularmente pelícanos; daños ocasionales a manatíes, a los cuales ahuyentan con su comportamiento agresivo; reducción de poblaciones de peces nativos, algunas de ellas endémicas; transmisión de enfermedades y parásitos; cambios en la estructura de los hábitats acuáticos, por sus hábitos alimenticios que resultan en la re-suspensión del sedimento y en cambios en el tamaño y la distribución de las partículas en el fondo; degradación de los taludes de los ríos y lagos, al anidar cavan grandes y numerosas galerías de hasta un metro de profundidad, desplazando enormes cantidades de sedimento, por lo que perturban la estabilidad de las riveras, aumentan la erosión e incrementan significativamente la turbidez del agua”, explicaron.

Asimismo, detallaron que dentro de los impactos económicos y sociales esperados se enlistan pérdidas económicas ocasionadas por el impacto a las pesquerías locales.

“Particularmente a tilapias y peces nativos, ya que al dominar los ambientes ecológicos de estas especies, se constituyen en la principal especie de captura, sin tener ningún valor comercial; además, su captura incidental provoca daños a los equipos y artes de pesca”, mencionaron.

La invasión de los peces diablo requiere de acciones rápidas y puntuales, al menos en el ámbito estatal, cuyas necesidades de acción política y de investigación científica deberán estar enfocadas a establecer un programa de fomento a la captura del pez diablo y comercialización en áreas de gran abundancia como el sistema lagunario de Catazajá y lagunas del municipio de Reforma.

Producción

Sobre la producción, la harina de pescado es la mejor fuente de energía concentrada para la alimentación de animales. Con un 70% a 80% del producto en forma de proteína y grasa digerible, su contenido de energía es notablemente mayor que muchas otras proteínas animales o vegetales, ya que proporciona una fuente concentrada de proteína de alta calidad y una grasa rica en ácidos grasos y omega-3.

“El pez diablo como alimento humano, tiene un porcentaje de carne de alrededor del 20 % de su peso. Esto pudiera parecer poco, sin embargo, la calidad biológica de su carne es excelente ya que presenta 85% de proteína en base seca y una digestibilidad cercana al 98%”, agregaron los especialistas.

Finalmente, afirmaron que la harina de pescado es una buena alternativa para sustituir parcialmente (50%) las aplicaciones de fertilizantes químicos ni- trogenados. Su alto contenido de nitrógeno del pez diablo presenta un efecto positivo en el desarrollo y producción de ciertas especies como la calabacita y cultivos de la fresa.