En conferencia de prensa, Néstor Gabriel López López, docente e investigador en la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) Campus Tuxtla, aclaró que contrariamente a lo que se cree, en Chiapas sí hay una cultura del emprendimiento, pero la mayoría caen en la informalidad.

La población económicamente activa es de alrededor de 1.8 millones de habitantes, esto significa que la mayor parte de la población en Chiapas se dedica a una actividad económica, ya sea un empleo o un negocio propio, según detalló López López.

Esa cifra no significa que haya 1.8 millones de emprendedores, solo son los que se encuentran económicamente activos. Lo que impide mayores empresas es la escasez de disciplina, orientación y capacitación.

Chiapas se caracteriza por no ser un estado industrial. La mayor parte de sus empresas se destinan al tercer sector productivo, a la comercialización y a los servicios. La agro industria solo representa el 12.5 por ciento.

Chiapas no es industrial, es mayormente presupuestal: la mayor parte de los estudiantes busca emplearse en actividades gubernamentales. En este sentido, el docente e investigador explicó que lo que hace falta es detonar las zonas económicas a través de estímulos.

El emprendimiento en Chiapas existe, y se observa a la población popular que vive de la venta de cualquier producto, haciendo un emprendimiento de bajo impacto ya que los apoyos no se canalizan y no se capacitan las personas.

Quienes sí pueden capacitarse encuentran en su camino restricciones porque para que se le dé un apoyo del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) se tiene que estar afiliado a una cámara, esto es poco accesible para ellos y se ven forzados a caer en la informalidad.

La informalidad se genera de un exceso de regulación en relación al beneficio que se entrega. El mejor estímulo a la informalidad es establecer diversos mecanismos regulatorios legales que eventualmente acoten el margen de actuación.