Clara Gómez pide apoyo para medicamento

Se llama Clara, pero su visión es muy borrosa, casi nula. Tiene que ser guiada por su familia para que no caiga al caminar por el patio de su frágil casa, como su salud, como su vida, como sus emociones. Eleva los ojos al cielo y extiende la mano de la fe en espera de ayuda.

Un reboso celeste la protege del viento fresco. Sentada en una silla de madera, la mujer dice tener 74 años cumplidos. Ella es del 15 de noviembre. Espera poder llegar a los 75, dice.

No es que sea pesimismo, sino realismo. “Nadie tiene la vida comprada”, dice con justa razón. Y más a su edad, y más con los achaques que le abruman; Clara ve el panorama oscuro, desalentador.

Suspira mientras sus ojos yacen semiabiertos. “La vida está muy difícil, mucho más que antes”, dice. Se refiere a la crisis económica, a la crisis de valores, a la inseguridad, a la corrupción, a todo aquello que duele y hace llorar a más de uno, a miles quizá.

Y clara es uno de esos miles. Y llora. Y no es por el humo de la leña.

Es que son tan pobres que no tienen para comprar gas. Por ello su esposo va por leña para cocinar.

En dos fogones sobre el suelo, hay dos palanganas. En una está el nixtamal para las tortillas. En el otro cuecen los tamales de hierba santa y frijol.

“Nos regalaron la hoja de jacu, y el frijolito lo hacemos de varias formas. Ahora hicimos tamalitos”, dice la septuagenaria.

En la pequeña habitación de cinco metros por tres viven hacinadas cuatro familias, con más de 14 miembros en total.

Es que la casa grande en que vivían está por caer. El terremoto del pasado 7 de septiembre la dejó maltrecha y en cualquier momento se derrumba. Y por eso nadie entra ya. La humilde casa está ubicada en la calzada Señor del Pozo número 85, de la Ribera Cerro Hueco.

Clara voltea hacia su casa a punto de caer y luego hacia su esposo, y suspira y suelta una discreta lágrima. Su casa está inhabitable. Su esposo, ya no puede trabajar.

Para colmo al ir por leña su cónyuge se cayó y se lastimó también en sus ojos. Ahora ya son dos los que requieren cuidado.

De la familia apenas un hijo trabaja y las demás son mujeres que están en casa.

Clara sufre de presión alta, entre otros males. Y este problema, aunado al glaucoma, le están menoscabando su visión desde hace dos años.

Clara requiere de tres gotas oftálmicas: Meticel, Crytantek y Sophixin Dx. La indicación del oftalmólogo es “no suspender” el tratamiento, pero los medicamentos son caros y Clara Gómez Morales apenas tiene para comer a veces, y para su medicina no hay.

Por eso extiende la mano de la fe en espera de ayuda. Puede ser con el medicamento, en efectivo para comprarlos o con una despensa para comer, a fin tener dinero libre para su medicina.

PARA AYUDAR

Acudir personalmente a la calzada Señor del Pozo (conocida como calzada a Cerro Hueco) número 85, de la Ribera Cerro Hueco.