Un hombre de 92 años de edad se rebanó el brazo con la herrería del colectivo en que viajaba ayer al filo del mediodía, sobre la 9ª Sur de Tuxtla Gutiérrez. El metal alcanzó el hueso. Protección Civil Municipal brindó el auxilio.
Manuel López Girón hace su vida normal a pesar de su avanzada edad. Ayer pasado el mediodía, se trasladaba en el colectivo marca Nissan tipo Urvan, con número económico 5106 y placas de circulación 395688-B.
El transporte público circulaba de poniente a oriente sobre la 9ª Sur de la capital chiapaneca. Aunque era domingo, el chafirete -fiel a su costumbre- iba veloz, sobre todo confiando en su preferencia.
Pero al llegar a la 12 calle Oriente, de norte a sur se atravesó un automóvil porque, según el colectivero, el conductor de otro colectivo le cedió el paso al automovilista.
El trabajador del volante dijo que fue sorprendido por el coche atravesado, y para no chocar pisó a fondo el freno.
Entre los pasajeros sorprendidos también por la repentina maniobra, Manuel López no alcanzó a sujetarse y cayó hacia adelante.
Su antebrazo derecho terminó sobre el filoso fierro de un asiento y el metal se ensartó en su piel. “Se le ve el hueso”, dijo el hijo del nonagenario que acudió al lugar.
El chofer se detuvo a petición de los pasajeros, y pidió ayuda al 911. Llegaron al lugar los peritos de Tránsito Municipal en la patrulla PC-503 y paramédicos de Protección Civil Municipal, en la ambulancia PCA-03.
El oficial de vialidad castigó al colectivero. “¿Pero si no hubo choque?”, reviró el trabajador del volante. El anciano no fue trasladado. Con el brazo vendado y sosteniéndolo en alto para evitar la hemorragia, esperó a que llegaran a un acuerdo y se fue por su propia cuenta a un nosocomio.