Un taxi y un colectivo colisionaron frente al IMSS de Las Palmas. Los dos quisieron dar vuelta sin precaución, con el fin de ganarle al otro. El perito de Tránsito Municipal tuvo un difícil trabajo para deslindar responsabilidades.
De poniente a oriente sobre la prolongación de la Calzada Ciudad Deportiva, en Tuxtla Gutiérrez, circulaban dos transportes públicos. Uno era un taxi y el otro un colectivo.
El taxi era tipo Tsuru, con número económico 1645 y placas 7441–BHD. Conducía Rafael Pérez Zorrilla. El colectivo era tipo Urvan, con número económico 8715 y placas 395006-B. Al volante iba el chafirete Marlon Campos Estrada.
El ego que caracteriza a cada uno de los asalariados del volante, se hizo presente una vez más cuando ambos llegaron a la esquina del semáforo con el bulevar Presa Chicoasén.
El semáforo estaba en rojo, pero un señalamiento vial permite dar vuelta a la derecha, con precaución. Sin embargo los dos dieron vuelta sin cuidado alguno, solo movidos por el afán de ser el primero en dar vuelta.
El colectivo se abrió un poco, por lo cual, el taxi se metió por dentro, en curva cerrada. El taxi golpeó al colectivo.
Comenzó la discusión, así como el embotellamiento. El perito de Tránsito Municipal vio muy difícil dilucidar. Es que no era un semaforazo, a pesar de que el accidente se suscitó en un crucero.
Es que o bien el colectivo hizo corte de circulación cuando el taxi daba vuelta, o bien éste rebasó por derecha cuando el colectivo daba vuelta primero.
Así, con este dilema, el oficial esperó a su ayuda idónea, el perito especializado en hechos de Tránsito de la PGJE. Y fue éste quien les sugirió que llegaran a un acuerdo, de lo contrario se irían al corralón.
El acuerdo llegó. Un poco tarde, pero llegó.