Conmemoran aniversario luctuoso

El día de hoy se cumplen 19 años del deceso de Miguel Álvarez del Toro, ambientalista que dedicó su vida al rescate y protección de la flora y fauna en Chiapas, logrando capturar escenarios endémicos en el zoológico que ahora lleva su nombre.

El Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT) alberga hasta el 75% de la representación de la fauna de vertebrados terrestres de Chiapas, demás de una gran muestra de protección de espacios y animales.

En este sentido, Miguel Federico Alvarez del Toro, hijo y heredero del trabajo ambientalista, narró la última voluntad del recordado y su cumplimiento.

Explicó que hace 19 años que esparcieron las cenizas de Miguel Álvarez del Toro en la Selva del Ocote, por instrucciones precisas que él mismo dejó por escrito. No quería ninguna ceremonia, pues era libre pensador, ajeno a todo pensamiento religioso.

Ese día de agosto volamos en helicóptero proporcionado por el Gobierno del estado, a la hoy emblemática Reserva del Ocote, la primera en lograr decreto presidencial para su protección, dijo.

“A bordo de este último vuelo solo fuimos mi hermana Hebe, yo y Francisco Balboa, camarógrafo que registró las escenas últimas, donde a la orilla del Cañón de la Venta, esparcimos las cenizas.

Lo recuerdo como una experiencia liberadora y dotada de un sereno misticismo, por su significado y porque es un lugar muy sagrado y silencioso, con una energía especial. Sus cenizas, esparcidas por el viento, caían sobre las orquídeas y las mariposas que salían de los pétalos, las trasportaban en sus alas por todo el bosque”.

Como es un Cañón, una suave brisa las devolvía por momentos a nosotros, como si no quisieran irse del todo y al menos yo, terminé cubierto de ellas. Fue algo muy animal, una especie de rito primigenio.

El hoy encargado del rescate y administración del ZooMAT agregó que don Miguel Álvarez del Toro habría elegido esa selva porque es un lugar rico en fauna y vegetación, una maravilla natural que sobrecoge y quita el aliento, apreciada desde las alturas, un mar verde.

Agregó que la obra científica del ambientalista está pronta a ser reeditada en sus libros, donde está su verdadero legado científico, y lo intangible, que es patrimonio de las nuevas generaciones.

Las reservas que logró preservar son un ejemplo vivo material, así como el reconocido ZooMAT.

Finalmente, dijo que sus propios esfuerzos como heredero de la responsabilidad ambiental se orientan a que el 2017 cuando se cumplirán cien años de su nacimiento el Congreso coloque su nombre en el muro de honor del recinto legislativo y se designe una medalla de su memoria, al mérito de la conservación.