Crece devoción al Divino Niño Jesús
Con sus manos elevadas al cielo y portando una sencilla túnica color rosa, así es la imagen del Divino Niño Jesús. Cortesía.CP

Con sus manos elevadas al cielo y portando una sencilla túnica color rosa, así es la imagen del Divino Niño Jesús, cuya devoción está creciendo en Chiapas por adjudicársele muchos favores, como curaciones, empleos, reconciliación de familias y conversiones.

La adoración a este santo comenzó en México en 2001, cuando los fieles, apoyados por José Ascensión Quintana Bautista, comenzaron a difundirla, por lo que ahora recorre hogares y hospitales, lo que ha servido para formar casas de oración.

Como cada año, este primer domingo del mes se celebrarán misas de adoración al Divino Niño en las diversas parroquias en donde la imagen está presente.

En Tuxtla Gutiérrez, la parroquia del Divino Niño Jesús está a cargo de los Misioneros de la Consolata. El párroco nombrado fue el padre César Antonio Avellaneda, misionero de la Consolata nacido en Santander, Colombia; a su lado, conformando un equipo pastoral, están los padres Noé Antonio Romero y el padre Bento Eugenio Muhita.

La parroquia del Divino Niño Jesús está ubicada en las periferias de la ciudad de Tuxtla Gutierrez, en la colonia Las Granjas y cuenta con 22 capillas a su cargo.

Es una parroquia de contexto urbano periférico que presenta importantes desafíos, como la presencia de zonas con alto índice de pobreza, trabajo informal y desempleo, minorías étnicas, poca atención a las problemáticas sociales, así como presencia de numerosos nuevos movimientos religiosos.

La Arquidiócesis de Tux-tla ha señalado que la imagen del Divino Niño ha llegado a apoyar la formación de casas de oración y todo el proceso de misión permanente en las parroquias, gracias a que es llevada a los hogares.

Del mismo modo, la imagen ha servido para fomentar la oración en los hogares, promoviendo una cadena de oración dedicada al Divino Niño todos los días a las 20:00 horas, ocasión en la cual se ora por las intenciones de los fieles, especialmente por los enfermos y quienes están solos.

Historia

La confianza hacia el Divino Niño está fundada en la Biblia. Esta devoción tiene por objetivo transformarnos para ser cada vez más como Jesús, reconocer nuestra pequeñez y depender de Dios como niños.

La devoción al Divino Niño es muy antigua entre los católicos. Antiguos narradores cuentan que empezó en el Monte Carmelo, en Israel. La tradición cuenta que a este monte, cercano a Nazaret, iba frecuentemente el niño Jesús acompañado de sus padres José y María y de sus abuelos San Joaquín y Santa Ana.

Varios santos difundieron la devoción. En el año 1200 San Antonio de Padua, y en el año 1500 San Cayetano, en los cuadros se pinta a cada uno de estos dos santos llevando en sus manos al Divino Niño.

San Antonio de Padua también fue un devoto del Niño Jesús, que según las imágenes que de él se conservan, mereció que el Divino Niño se le apareciera en una ocasión.

Otros santos que contribuyeron a difundir la devoción al niño de Belén fueron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

Existen varias representaciones en el mundo entero. Desde hace unos 300 años la devoción al Niño Jesús se extendió rápidamente por Europa, América, Asia, África y Oceanía.

Entre las representaciones más conocidas se encuentran: El Niño Jesús de Praga, en Checoslovaquia; el Santo Niño de Atocha, en México; el Divino Niño de Arenzano, en Italia y el milagroso Niño Jesús de Bogotá, en Colombia.