Crisis y corrupción no detienen Carnaval

El desempleo azota a 13 millones de brasileños, los escándalos de corrupción salpican a la élite política y la fiebre amarilla ha dejado más de 100 muertos en los últimos meses, pero nada detiene a millones de personas que desde se lanzan a las calles para el Carnaval.

Río de Janeiro, ciudad que se enorgullece de celebrar el “mayor espectáculo a cielo abierto del planeta” en su mítico Sambódromo, vibró bajo el calor con decenas de orquestras que animaron los diversos barrios de la urbe.

Ni siquiera las dificultades por las que pasa el país –que sufre su peor recesión y continúa azotando por los escándalos de corrupción- logra afectar a la fiesta.