Dama detenida frente a la SsyPC

Una dama que conducía una camioneta a exceso de velocidad, sobre el libramiento Sur de Tuxtla Gutiérrez, se salió del camino, subió al camellón, derribó un poste de alumbrado público y circuló peligrosamente, en sentido contrario. Fue detenida frente a la SSyPC.

Tras un accidente así, cualquiera estaría herido o temblando de nervios. Pero ella estaba serena. Ilesa. Es la serenidad que da el manto de la impunidad. Ella, al parecer, tiene esposo o familiar en la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Escoltas al rescate

Y es que a los pocos minutos del accidente, arribaron tres escoltas, vestidos de civil, que corrieron para auxiliar a la conductora, y para ahuyentar a los oficiales de Tránsito del Estado que hacían su labor.

¿Está usted bien? ¿Le pido un taxi? No se preocupe, todo está bajo control.

La dama siempre permaneció en la cabina de su camioneta de modelo reciente, marca Dodge, tipo Ram, color negro, placas CV-54054.

La mujer circulaba de oriente a poniente, sobre el libramiento Sur de Tuxtla Gutiérrez, al parecer procedente de la carretera Chiapa-Tuxtla.

Luego de bajar del puente, a exceso de velocidad, ya casi para llegar a las boyas metálicas antes del puente peatonal de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la fémina maniobró bruscamente.

Es que un auto que salió de la carretera paralela (venía del libramiento Norte) le cerró el paso. Debido al exceso de velocidad, la camioneta no se detuvo con el frenado, trepó al camellón central y se estrelló en la base de un poste de luz (nuevo).

Sentido contrario

Tras tirar la luminaria, el auto arrastró la estructura metálica unos cinco metros. Luego, ya libre, la camioneta siguió en sentido contrario.

Unos oficiales de Tránsito del Estado que estaban apostados a unos metros del accidente, detuvieron a la responsable.

Pero poco les duró el gusto. A la llegada de los escoltas, a éstos y a los peritos de Tránsito Municipal trataron de intimidarlos. No lo consiguieron.

Se aplicó la ley. Una grúa se llevó a la camioneta al corralón. Y la dama, aparentemente fue consignada. Se veía tranquila. Es la serenidad que da el manto de la impunidad.