La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) advierte que la degradación de las tierras puede tener efectos devastadores e irreversibles para la población y el medio ambiente.

En un comunicado, señaló lo anterior durante el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se conmemoró ayer domingo, y advirtió que la degradación de la tierra provoca aumento en los fenómenos migratorios y desplazamiento forzado interno, lo que incrementaría los índices de pobreza y repercutiría en la estabilidad económica y el desarrollo sostenible, que están estrechamente vinculados con el goce y disfrute de diversos derechos humanos.

La CNDH se unió a los objetivos de Naciones Unidas bajo el lema “La Tierra es valiosa. Invierte en ella”, al rechazar el uso insostenible de esta, y llamó a la población a cambiar los hábitos de consumo no sostenibles.

Instó a las autoridades para que, en el ámbito de sus respectivas competencias, promuevan políticas públicas en materia de gestión forestal sostenible, conservación y protección de los suelos, donde se incentive al sector agrícola y ganadero a realizar prácticas sostenibles de producción.

La CNDH demanda atención urgente de autoridades federales, estatales y municipales, y de la sociedad en su conjunto, para impulsar políticas del uso racional del agua, la siembra de árboles y la generación de conciencia para que se prevengan los cambios climáticos como consecuencia de sequías y desertificación.

Destaca la importancia de incentivar, en los sectores agrícola y ganadero, la realización de prácticas sostenibles de producción, para aprovechar de manera adecuada el alto potencial de recursos con que cuenta nuestro país y promover la participación e involucramiento de la población en su desarrollo y ejecución.