Mahomes lanzó un pase de tres yardas a Mecole Hardman con tres segundos por jugar en el tiempo extra, y los Chiefs vinieron de atrás para doblegar el domingo 25-22 a los 49ers de San Francisco en el segundo duelo que se fue a la prórroga en la historia del Super Bowl, convirtiéndose en el primer equipo que revalida el título en 19 años y el noveno en total.
Swift en las gradas
Con la presencia de la estrella pop Taylor Swift mirando a su novio Kelce —desde un palco privado—, los Chiefs conquistaron su tercer cetro del Super Bowl en cinco años, consolidándose como una dinastía en la NFL.
El primer Super Bowl en la Las Vegas fue un partido cargado de errores y mayormente aburrido hasta un último cuarto de ida y vuelta, seguido por el tiempo extra. Fue apenas el segundo (de 58 ediciones) Super Bowl en que debió definirse en una prórroga.
Mahomes, el héroe
Los Chiefs perdían 22-19, luego que Jake Moody pateó un gol de campo de 27 yardas en la primera posesión del tiempo extra, pero Mahomes condujo a los Chiefs hacia la zona de anotación, completando otra deslumbrante remontada en esta reedición del Super Bowl de hace cuatro años.
Mahomes corrió ocho yardas en cuarta oportunidad y una para mantener a flote a los Chiefs, luego improvisó con un acarreo de 19 yardas para alistar la jugada del touchdown decisivo.
Después de que el quarterback conectó con un Hardman que estaba en soledad, los Chiefs salieron despedidos en el emparrillado del Allegiant Stadium para celebrar bajo una lluvia de rojo y amarillo.
Rigo Martínez, de raíces michoacanas, pagó un boleto de 11 mil dólares, es decir, casi 200 mil pesos, para presenciar el Super Bowl LVIII en el Allegiant Stadium (estadio), que tiene una capacidad de alrededor de 70 mil espectadores.
Nacido en California, pero con raíces en Purépero, Michoacán, ahorró por años para ver ganar a los 49ers de San Francisco, su equipo favorito. “La vida es muy corta para no poder disfrutar este momento, a pesar de lo que cueste todo”, dijo para “El Universal Deportes”.
Orgulloso de la tierra de sus padres, comentó que cada año viaja al Bajío michoacano a las fiestas patronales, pero también disfruta de su afición por el futbol americano.
Rigo es empleado en el Aeropuerto de Los Ángeles, y es parte de la ola verde de miles de mexicanos que invadieron Las Vegas para ver el Super Bowl, entre los 49ers de San Francisco y los Chiefs de Kansas City.
Con un tequila en la mano y un plato de nachos con guacamole en la otra, Rigo Martínez, con raíces orgullosamente michoacanas, reivindica como miles que el Super Bowl, un espectáculo hecho para los estadounidenses, “sabe y sabe muy bien a México”.