El Tri no tiene adversario en Copa

La tranquilidad con la que México ganará en esta Copa de Oro es directamente proporcional a la seriedad con la que el equipo que dirige Gerardo Martino afronte los partidos.

Los rivales de grupo -salvo Canadá, que mostró un futbol aceptable ante la débil Martinica-, no representan peligro como para pensar que este equipo puede sufrir una de esas sorpresas negativas. La goleada sobre Cuba (7-0), que debe ser recordada como la noche de Uriel Antuna, quien anotó tres goles (2’, 44’ y 80’), no puede ser parámetro de lo que esta Selección puede generar. El partido quedó muy lejos de lo que fueron los cuatro amistosos con los que se abrió el proceso de «El Tata», lo que quedó de manifiesto cuando el equipo bajó el ritmo y optó por jugar al error de su rival. Entre las cosas a analizar, está lo que sucede con Raúl Jiménez, quien al inicio del juego lucía desesperado por anotar. El atacante se ha cargado la presión de ser el único centro delantero de este equipo (nominal) y de las comparaciones que se le han hecho con Javier Hernández. Después marcaría el segundo (31’) y el quinto (64’) y parece que ahí podrá descargar toda esa tensión.

Quien sigue en ascenso ante los ojos del estratega nacional es Antuna. Con tres goles respondió a la titularidad otorgada por la lesión de Rodolfo Pizarro. Aprovechó la oportunidad, al igual que Diego Reyes (37’), quien no se esperaba fuera titular con Martino.

Alexis Vega (74’) cerró la cuenta, siendo su único mérito estar en el lugar y momento adecuado.