Destrozó el auto y el corazón de su padre

El auto quedó en neutral, como la vida misma del joven conductor que se deja llevar por el impulso, de bajada, rehuyendo el esfuerzo. Destrozó el auto y el corazón de su padre. Iba ingiriendo cerveza. Aunque iba en carril de baja, corría como si fuera de alta.

Nadie da su nombre, ni edad, ni permiten ver su rostro. Es mejor así. Permanece dentro de la patrulla de Tránsito Municipal.

El agente se pasea nervioso al ver a los reporteros. Siente que el negocio se echará a perder. Y cuando se comienza a grabar y tomar fotos, el perito cruza los dedos implorando que no se vean las cervezas dentro del auto.

Pero es obvio que el joven va ebrio o al menos con aliento alcohólico, porque de lo contrario no estaría detenido, pues no hubo heridos en el percance.

El muchacho conducía su auto marca Chevrolet tipo Meriva, color arena, placas DST-7934 de Chiapas. Transitaba de poniente a oriente sobre el carril de alta, en el Libramiento Norte de Tuxtla Gutiérrez.

Al llegar a la altura de la colonia Santa Cara ( 3ª Poniente), frente al COE de Protección Civil Municipal, el joven ingresó al carril de baja.

Ya un auto circulaba en la misma vía y sentido. Era la camioneta marca Ford tipo F250, color azul, placas CV-07280. Iba cargada con refrescos.

El joven no guardó su distancia ni disminuyó la velocidad y se impactó en la parte trasera de la Ford. Varios refrescos explotaron.

La parte trasera de la camioneta se hundió, mientras que la parte frontal del Meriva se destrozó.

El agraviado llamó al 911 y acudió Tránsito Municipal. De inmediato subieron al joven a la patrulla y llamaron al papá.

El sexagenario acudió acompañado de un joven. El padre regateó con el agraviado que solo pedía lo justo. Lo demás, quedó entre los agentes y el padre del joven.

Dentro de la unidad iba un paquete de seis cervezas, cuarto cigarros y una bolsa con botanas, dieron a conocer.