En 1992, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

De ser considerados impedidos, deficientes o discapacitados, hoy se les conoce como personas con capacidades diferentes, dando valor a la persona por sus cualidades y capacidades.

Hoy como cada año, lo que se busca es fomentar una mayor integración de las personas con discapacidad a la sociedad.

La cultura de aceptación y compromiso con las personas con capacidades diferentes es el objetivo principal, no es la discapacidad la que hace difícil la vida de una persona, sino la falta de respeto y atención, por ello es necesario crear conciencia y ser más humanos en general.

“Al reconocernos como personas, nos ponemos en condiciones de ser tratados con respeto a la dignidad humana, ser considerados valiosos y merecedores de una vida plena”, aseguró en entrevista Roberto R., quien a consecuencia de un accidente de tránsito perdió ambas piernas, y hoy hace uso de la silla de ruedas.

Ese respeto a la dignidad humana reconoce la existencia de las diferencias entre los individuos, ya sean ideológicas, culturales, de género y, en este caso, de capacidades y cualidades, sin embargo, este sector muchas veces no representa un capital humano que satisfaga las necesidades del gobierno o de la iniciativa privada, explicó el representante de la Asociación Auditiva y Sordera por la Definición (Adas), Francisco Díaz Ballinas.

“Hay una ley que está promulgada desde hace ya varios años pero tiene muchos vacíos, motivo por el cual algunas asociaciones civiles nos hemos organizado para solicitar a los legisladores del Congreso del Estado, a través de la Comisión de Derechos Humanos, que se presente una propuesta de iniciativa de ley para brindar una mejor atención a los grupos vulnerables”, dijo.

Díaz Ballinas comentó que han sido escasas las campañas de promoción para una cultura de inclusión de las personas con discapacidad y las que existen se realizan a través de grupos de personas que conforman sociedades civiles que practican la inclusión como forma de vida.

En Tuxtla Gutiérrez, asociaciones civiles realizan de manera permanente pequeñas acciones que promueven la accesibilidad para hacer respetar los cajones de estacionamiento, las rampas en las banquetas, facilitar la movilidad para las personas en silla de ruedas y con discapacidad visual.

A su vez, Luis Matuz, activista de Cívicos Chiapas, explicó que las pequeñas acciones que realizan buscan generar grandes cambios. “La transformación cultural empieza en nuestra manera particular de vivir la inclusión”.

Como sociedad debemos reflexionar sobre los requerimientos y necesidades de estas personas guerreras que pese a su discapacidad saben salir adelante y viven con el deseo de servir a sus semejantes.

Día a día las personas con discapacidad se enfrentan a ciertas barreras que la misma sociedad les impone, al no respetar los espacios destinados para ellos, falta de personal capacitado que los atienda en dependencias del sector público y privado, así como la carencia de señalización gráfica en las calles y edificios.

Como sociedad, hay que hacer conciencia y ser más humanos, y considerar a las personas con discapacidad o capacidades diferentes como seres valiosos y merecedores de una vida plena