El domingo 2 de abril tendremos que adelantar una hora todos los relojes. En realidad será un día de solo 23 horas, esta hora que nos “quitan” se notará sobre todo el lunes por la mañana, ya que nos levantaremos una hora más temprano, de este modo comienza el horario de verano. El cambio de hora en México se realiza dos veces al año: en abril y en octubre, informó la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Región Sureste.

En la República Mexicana el cambio de horario se aplica progresivamente por todo el territorio: primero en la zona horaria del Centro, una hora después en la zona de la montaña y por último en la del Pacífico. El estado de Sonora no participa en este cambio y tiene un solo uso horario durante todo el año, para mantenerse a la par del horario de Arizona.

El cambio puede generar alteraciones en el sueño y en los estados de ánimo, e incluso variar los hábitos alimenticios. También puede ocurrir que en los primeros días tras el cambio de horario las personas sientan más cansancio de lo habitual y les cueste concentrarse, expuso para Cuarto Poder, Romeo Aguilar Fernández, médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tuxtla Gutiérrez.

“Nuestro organismo tiene un regulador horario que está en el centro del cerebro, y que se regula mediante la luz solar y los estímulos del entorno; regula un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas y actividades celulares, por lo que cuando cambia el ritmo de la luz de fuera o el ritmo de las tareas, puede desorientarse”, comentó.

En cuanto a los niños y adultos de la tercera edad, indicó que son los grupos de población más sensibles a estas alteraciones debido a que tienen unos horarios establecidos de comidas y de sueño.

“Los lactantes pueden experimentar alteraciones en su alimentación, mientras que los niños en edad escolar pueden presentar mayores dificultades para despertarse, así como los mayores de 50 años, que con frecuencia tienen problemas para conciliar el sueño y se despiertan más temprano, pueden tardar más tiempo en adaptarse al nuevo horario”, agregó.

En tanto, Aguilar Fernández recomendó que para minimizar tales efectos la población debería acostarse media hora más temprano durante tres días anteriores al cambio de horario, no dormir la siesta acostumbrada, así como no variar los hábitos alimenticios, practicar ejercicio físico moderado y evitar el consumo de alcohol.