Ebrio cae a canal pluvial

El hombre es muy católico. Caminaba sobre la privada Juan Diego, en el barrio Guadalupe. Así que para no desentonar dijo que rezaría un padre nuestro. Y así lo hizo. Es que se disponía a cruzar caminando en un espacio reducido. El riesgo de que cayera era alto. Iba ebrio. Pero creyó que su rezo lo salvaría.

Aníbal Salazar Álvarez, de 62 años, regresaba a casa, caminando. Era la noche del domingo. Lo acompañaba su esposa. “Vamos a dar vuelta, por favor”, le dijo ella. Él la despreció. Luego quiso tomarle de la mano para ayudarlo a caminar. De nuevo la rechazó.

Aníbal iba muy ebrio, trastabillando. Ya estaba oscuro. Y la pareja llegó al canal pluvial donde muchos pasan, no obligadamente, porque hay otro paso para llegara casa.

Pero implica dar vuelta. Y muchos son los que prefieren “rodar a rodear”. Aníbal parece ser uno de ellos. No quiso dar vuelta. Un vecino le pidió a José Luis que ayudara a pasar al adorador de “Baco”.

Cuando José Luis se acercó, Aníbal dijo: “no, yo puedo solo. Pero por si las moscas, voy a rezar mi padre nuestro. Y rezó. Comenzó a caminar en un espacio de 40 centímetros, con una barda de un lado y el canal de piedra, del otro.

Unos cuatro metros de altura. Y cuando iba a medio camino, Anibal se sintió autosuficiente. Y presumió su equilibrio. Y se puso a bailar. Y hasta cantaba.

Y entonces ocurrió lo inesperado y temido. Aníbal cayó. Se golpeó todo el cuerpo. Su esposa se alarmó y los vecinos, también. Llamaron al 911.

Al lugar acudieron bomberos en la unidad 15 de la Estación Oriente, así como paramédicos de Protección Civil Municipal en la ambulancia PCA-03.

Tras rescatar al hombre del canal, lo subieron a la unidad de emergencias y lo llevaron al Hospital Gilberto Gómez Maza. Su esposa lo acompañó en silencio, pero con la mirada casi le decía: “Te lo dije”.