Más de 73 personas, entre profesores, investigadores, estudiantes de maestría, posgrado y doctorado, así como trabajadores del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), expresaron su preocupación por la siembra de cultivos transgénicos, como maíz y soya en el país, porque “existe suficiente evidencia científica en cuanto a los riesgos potenciales para la sociedad y en específico para la seguridad alimentaria, la economía y la naturaleza de México”.
En un documento manifestaron que “la siembra de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o transgénicos en México, es un tema de importancia nacional que en fechas recientes ha sido objeto de controversia en los ámbitos de lo público, lo jurídico y de la investigación”.
Añadieron que, por ejemplo, Yuri Peña Ramírez, investigador de la Unidad de Ecosur en Campeche “ha venido realizando declaraciones públicamente a favor de la siembra de transgénicos”, pero “no son representativas de la diversidad de posturas dentro de nuestra institución”.
Por ello, abundaron, “nos sentimos en la necesidad de expresarnos públicamente con respecto a las declaraciones recientes a favor de la siembra de soya transgénica realizadas Peña Ramírez”, al tiempo de reconocer “su derecho a ejercer su libertad de expresión y de cátedra, aunque dijeron no compartir sus opiniones sobre los transgénicos”.
Además, agregaron, “consideramos necesario aclarar ante la sociedad que dicho investigador no habla en nombre de la institución, ni de su comunidad científica”.
Señalaron que en diversas ocasiones Peña Ramírez ha expresado su posición a favor de la siembra de transgénicos, como lo demuestran sus participaciones en el programa Entresemana de Telemar1, transmitido en televisión abierta el 4 de noviembre de 2015, y durante su participación en julio de este año en la comunidad de Iturbide, Campeche, durante la reunión informativa sobre el proceso de consulta a pueblos y comunidades indígenas mayas con respecto a la siembra de soya transgénica”.
Afirmaron que el investigador mencionado “ha aseverado la inocuidad a la salud de los transgénicos y el nulo problema de su coexistencia con la apicultura y los cultivos tradicionales del pueblo maya de la región, argumentando que la siembra de soya transgénica contribuirá a reducir la pobreza y la presenta como la mejor alternativa para las comunidades mayas, garantizando que sus productos tendrán un nicho en el mercado”.
En respuesta, declararon: “no concordamos con estas aseveraciones, ya que Peña Ramírez no considera la evidencia científica sobre el daño que los transgénicos pueden ocasionar en México. Basta señalar la posible contaminación de maíces criollos por maíz transgénico y de esta forma la afectación total a México, centro de origen y diversificación del maíz”.
Simultáneamente, dijeron, “descalifica la posible contaminación de miel por polen de soya transgénica, tema particularmente sensible en la Península de Yucatán, región que genera un tercio de la producción nacional de miel”.
Refirieron que “estas evidencias llaman a hacer uso del principio de precaución y a realizar estudios más detallados, más no a promocionar la siembra de transgénicos.