Romper con las diferencias sociales y los prejuicios, buscando aquello que une a las personas es parte del mensaje que busca El club de los insomnes, que llega este fin de semana a las salas de la Ciudad de México.

“En una ciudad como la nuestra, de millones de habitantes, aparentemente podríamos tener mucha compañía pero en realidad vivimos muy solos, nos cuesta trabajo romper con nuestras barreras, límites y juicios para acercarnos al otro, sin importar la clase social o la profesión”, expresó Alejandra Ambrosi, quien junto a Cassandra Ciangherotti y Leonardo Ortizgris protagoniza el largometraje.

Una tienda de 24 horas se convierte en el escenario perfecto para contar la historia de tres personas totalmente diferentes entre sí y que deben permanecer despiertos toda la noche por distintas razones. “Aquí el insomnio es el punto común y la noche es para que estos personajes descubran algo nuevo de sí mismos”, dijo.

“Pareciera que hay muchos Méxicos, sin embargo, sigue siendo el mismo país, y esta película une a varios de estos mundos; un ‘godinez’ nunca se imaginó que podría ser amigo de la dependienta de la tienda, pero en este país tendemos en hacer esta distancia, los mexicanos tendemos a una separación brutal dependiendo a nuestros oficios y nos hace daño, pero en este club no hay esas diferencias”, agregó Cassandra, que también participa como productora ejecutiva del proyecto.

La buena relación que hubo entre los actores y el equipo, es uno de los factores que Cassandra Ciangherotti considera, influyó más al momento de contar esta historia: “El resultado es una película muy entrañable, poco pretenciosa, refiriéndome a que no tiene factores artificiales, es muy real, muy honesta”.

El club de los insomnes también da cabida a personajes, que con tan solo unos segundos a cuadro aportan mayor riqueza a esta trama, como la representación que hace Marco Méndez de un diablo urbano, o Fernando Luján, dando vida a un anciano que resulta simpático para Danny (Cassandra Ciangherotti), la encargada de la tienda.

Pero el reto mayor de la cinta no fue el elenco o el guión, para el cual mantenían largas sesiones de creación, sino poder conseguir presupuesto.