El predial

El secretario de Hacienda abordó el tema de la recaudación por predial en México. Acertadamente señaló que en el país solo se recauda 0.2% del PIB por ese concepto, mientras que en la OCDE 2.2% y en EUA, 3.2%. También que no se cobra por servicios de agua y saneamiento. El impuesto predial es por demás relevante, por su aportación a la recaudación total (federación, estados, municipios, y seguridad social), y porque es la fuente de ingresos más directa a los municipios, que tienen múltiples funciones en materia de seguridad pública y servicios como iluminación, agua, drenaje y saneamiento.

Además, el predial es el único impuesto en México cuya base es patrimonial, pues los otros son sobre flujos, ingresos o consumo de los ciudadanos. Por eso, es un impuesto claramente progresivo, con potencial para volver el sistema fiscal más justo. Aquí se ha subrayado la importancia del predial desde varios ángulos.

De los 2 mil 441 municipios, en 230 no se cobra predial o no se sabe, sobre todo en los estados más pobres. En 2 mil 53 municipios lo cobran directamente (84%) y en 133 tienen convenio para que lo haga el Gobierno Estatal. La heterogeneidad de la base, actualización, cobranza y tasas del predial es enorme, lo que introduce grandes injusticias.

No cobrar predial tiene como consecuencia que los ayuntamientos extiendan la mano a los estados por apoyos, mermando sus recursos para atender funciones que les corresponden. A su vez, esto provoca que los gobiernos estatales extiendan la mano por “auxilio” financiero del Gobierno Federal, mermando a su vez las capacidades de la Federación. Se diluye así la correspondencia entre ingresos de cada nivel de gobierno y sus funciones.

Un ejemplo es la seguridad pública. Ha habido poco avance, entre otros factores, debido a la escasez de recursos de los municipios. Muchos no cumplen sus obligaciones en la materia porque no cuentan con recursos para hacerlo, o lo usan como excusa. Cuando lo procuran, tienen que recurrir a fuentes estatales o federales, con toda la sumisión que eso significa.

Han transcurrido tantos años de desorden y falta de conexión entre pago de predial y los servicios públicos recibidos por los contribuyentes que, para muchos ciudadanos, ésta ya no existe, lo que facilita que los ayuntamientos no rindan cuentas.

Hace ocho años, el Congreso emitió una legislación para modificar y mejorar la información en materia de finanzas municipales. Dicha ley debió tener observancia plena en 2012, lo que no sucedió. Muchos municipios, en flagrante violación de la ley, continúan sin divulgar su información y rendir cuentas. No se cumple con las normas de homologación, lo que hace imposible comparar resultados, contribuyendo a la opacidad.

La magra recaudación de predial responde a diversos factores “técnicos”: rezago en la actualización del catastro, 577 de los 2 mil 441 municipios no actualizan su catastro desde 2011 (23.6%), y de 288 no hay información (11.8%); el insuficiente esfuerzo recaudatorio; aún respecto al catastro existente, en 744 municipios se cobra menos de 40% de lo que debería, y en 411 entre 41 y 60%; para 407 municipios (16.7%), el INEGI no tiene información; y las bajas tasas del predial, establecidas por los Congresos locales. Sin embargo, todo esto refleja la gran indolencia de legislativos y autoridades municipales por recaudar predial, pues cobrar todo impuesto tiene un “costo político” que nadie quiere pagar. La ciudadanía siempre rechaza pagar impuestos señalando corrupción. En principio, la reelección de presidentes municipales debería ayudar a reducir esa indolencia, pero está por verse.

Respecto a la voluntad política, el factor esencial para mejorar la recaudación predial es que la ciudadanía demande que, más allá de partidos, la Conferencia Nacional de Municipios de México (Conamm) se alíe con los ejecutivos estatales y municipales para superar la deplorable recaudación que contribuye a la precariedad fiscal de México. Hacer política hasta convencerlos de esto es tarea del presidente Peña y del secretario de Hacienda. Enunciar el problema no basta.