Éxodo

La catástrofe bolivariana está produciendo un éxodo creciente de venezolanos. Cientos de miles han ingresado a Colombia, la mayoría de manera irregular. En lo que va del año, más de 50 mil venezolanos han pedido asilo alrededor del mundo, casi el doble que todo el año pasado.

El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ha sido un líder regional respecto a Venezuela. No sólo ha denunciado claramente las violaciones autoritarias del régimen chavista desde principios de su mandato, sino que también creó permisos temporales de permanencia para venezolanos, haciendo del Perú el primer país en proteger de esta manera a los venezolanos que huyen de su país. La medida es acertada por razones humanitarias, económicas y de interés nacional propio. Aun así, el Perú puede ir más allá.

El permiso temporal de permanencia, que ya ha beneficiado a más de 11 mil venezolanos, se aplica a aquellos que hayan ingresado al Perú de manera regular hasta el 31 de julio de este año. Muy bien, pero podría ser mejor. Los venezolanos se están fugando de una crisis nacional profunda y muchos de ellos están haciendo todo lo posible, incluso cruzar fronteras sin permiso, para atender las necesidades básicas de sus familias. Por eso, para quienes ya llegaron del país caribeño de manera irregular, se les debe otorgar una amnistía general.

La ley debe ajustarse para otorgar permisos temporales no sólo de manera retroactiva, sino también para quienes vendrán en el futuro. Ese beneficio se debe proporcionar a los venezolanos que se presenten ante las autoridades peruanas cuando intenten ingresar al país. De ese modo, se crearía una vía legal de ingreso que reduciría los riesgos que toman tantos migrantes a la hora de cruzar fronteras ilegalmente.

Otros países latinoamericanos han empezado a tomar medidas semejantes a la peruana, pero pueden hacer más y pueden incluir más países. El Perú debe liderar una iniciativa regional para que las naciones de América Latina se comprometan a aceptar a más venezolanos. Como parte del acuerdo regional, se debe facilitar el otorgamiento de visas de tránsito, para que venezolanos que quieran ir a Perú o Chile, por ejemplo, puedan viajar legalmente por Colombia y otros países en el camino.

Algunos refutarán que ni el Perú ni otros países de la región están en condiciones de admitir potencialmente a decenas de miles de refugiados venezolanos. Pero la verdad es que los extranjeros que viven en el Perú representan tan sólo alrededor de 0.2% de la población. Ricardo Hausmann, de la Universidad de Harvard, observa que cifras similares en prácticamente toda la región son lamentables, dado que la inmigración tiene efectos positivos sustanciales sobre el bienestar de la población nativa. Los países más exitosos tienen más inmigrantes. En EU son 13% de la población, en Australia 27% y en Canadá 20%, por ejemplo. Hausmann explica que los inmigrantes tienden a ser emprendedores, incluso cuando tienen niveles bajos de educación. En EU representan el 26% de los emprendedores.

¿El impacto de una ola de inmigrantes sería diferente? No hay por qué pensar que sería negativo. En unos pocos meses de 1980, 125 mil cubanos refugiados llegaron a EU. Esto dinamizó la economía de Florida y no redujo los salarios de los nativos ni incrementó el desempleo. El casi millón de judíos que llegó a Israel de la Unión Soviética en los noventa estimuló la economía de ese país.

Históricamente, Venezuela fue el país que por décadas recibió refugiados de toda América Latina, sobre todo de aquellos países que sufrían de dictaduras. Es hora de que la región devuelva el favor a los venezolanos.