El papa Francisco lanzó su convocatoria a una jornada mundial de oración y ayuno por la paz para el 23 de febrero, dedicada en especial a la situación de inestabilidad en el Congo y Sudán del Sur.

El papa hizo el anuncio al final de su rezo dominical con la oración mariana del Angelus, asomodo a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

“Ante el trágico aumento de situaciones de conflicto en diversas partes del mundo, invito a todos los fieles a una especial jornada de oración y ayuno por la paz el 23 de febrero, viernes de la primera semana de Cuaresma”, indicó.

Aseguró que ese momento se ofrecerá, en especial por las poblaciones de la República Democrática del Congo y de Sudán del Sur.

Asimismo, como en otras ocasiones similares, invitó también “a los hermanos y hermanas” no católicos y no cristianos a asociarse a esta iniciativa en las modalidades que ellos considerarán oportunas.

“Nuestro padre celeste escucha siempre a sus hermanos que gritan a él en el dolor y en la angustia, sana los corazones rotos y cura sus heridas”, sostuvo.

Por eso, dirigió un “sentido llamado” para que también todos los seres humanos escuchen este grito y, cada uno en su propia conciencia, ante Dios, se pregunte: ¿Qué cosa puedo hacer yo por la paz?.

Replicó que todos pueden rezar, pero cada uno puede decir concretamente no a la violencia, en lo que depende de él o ella, porque las victorias obtenidas con la violencia son falsas victorias. “Mientras tanto trabajar por la paz nos hace bien a todos”, sentenció.

Antes, al saludar a un grupo de miembros del Movimiento por la Vida de Italia, el líder católico lamentó que no sean tantas las personas que trabajan en defensa de la vida en un tiempo en que cada vez más se fabrican armas, se aprueban leyes contra la vida y se cae en la cultura del descarte.

Renuncia obispo

En otro tema, el papa Francisco aceptó la renuncia presentada por Juan Humberto Gutiérrez Valencia a su puesto de obispo auxiliar de Guadalajara, tras haber designado –el viernes último- otros tres auxiliares para la misma diócesis.

Según informó la sala de prensa del Vaticano, la dimisión fue presentada por el prelado saliente tras haber alcanzado la edad de jubilación obligatoria de todos los obispos, establecida en 75 años.

Nacido el 27 de junio de 1941, Gutiérrez Valencia cuenta con 76 años, por lo tanto el pontífice decidió concederle un año y medio más en el puesto antes de hacer efectiva su renuncia. Ordenado sacerdote el 3 de diciembre de 1967, se desempeñaba como auxiliar desde 2008.