Fue por su mujer y halló la muerte

Cuando todos corrían por el regreso a clases, la carrera de este joven fue truncada por la muerte. Causó desmanes y allanó un domicilio, aseguran vecinos. Fue por su mujer, de quien se había separado.

Pero se equivocó en el método de “reconciliación”. Un familiar de su pareja lo macheteó, dicen. Murió desangrado, en su casa.

Sobre el camino quedaron las manchas de sangre.

El lesionado tuvo el valor, la fortaleza de perseguir a su agresor, quien huyó hacia el norte de la colonia. Debilitado por la hemorragia, se refugió en su casa. Menospreció la herida y lentamente le llegó la muerte. “La ambulancia demoró”, dicen vecinos. Más bien el reporte fue tardío.

Fue la mañana de este lunes, 24 de abril, cuando el joven Julio Pérez Gómez, de 20 años de edad, salió de casa de su mamá ubicada sobre la avenida Limones, Manzana 1 Lote 8, en la colonia Las Granjas.

“Mamá, si se pone fea la cosa, usted no se quiebre, sea fuerte. No se vaya a desmayar”, le advirtió como despedida a Elena, su progenitora, comentan vecinos.

Ella tiene la culpa, porque nunca educó bien a su hijo, porque lo deje salir con esa pandilla”, dicen algunas mujeres. Otras lloran y ofrecen a la llorosa mujer, todo su apoyo.

Julio, dicen, andaba en “malos pasos”. Acostumbraba entrar por la fuerza a las casas, robaba. “Tenía su pandilla; andaban armados; daban miedo”, dicen.

Hoy temprano llegaron en plebe. Quebraron los vidrios de las ventanas, forzaron la chapa del portón y entraron. “Es la casa de su suegra”, explican.

Julio y su pareja estaban separados. Y él fue a “reclamar” a su mujer, para “reconciliarse”, pero lo hizo de modo equivocado. Por la fuerza ni las gallinas ponen.

El joven pagó caro el allanamiento de la morada. Un hombre, familiar de la joven, tomó un machete e hirió a Julio en la cara y pierna. El agresor huyó. Julio y sus acompañantes fueron tras él sobre la calle Chiapas.

Al sentirse debilitado por la hemorragia, Julio regresó a casa. Nadie creyó que la lesión fuera mortal. Cuando la ambulancia llegó, no había nada que hacer.