Funcionario de Icoso lleva a la ruina a humilde voceadora

Desde hace 40 años doña Araceli se ha dedicado a vender distintos medios impresos en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, oficio que le ha permitido sacar adelante a sus hijos, sin embargo nunca se imaginó que el incumplimiento de pago de facturas por parte de funcionarios al frente del Instituto de Comunicación Social (Icoso), le representaría tener la mayor deuda de su vida.

Dijo que desde noviembre del año pasado, comenzó a generarse un adeudo con el Instituto de Comunicación Social (Icoso), por el servicio de venta y distribución de distintos periódicos locales así como nacionales.

Tan solo en noviembre del 2016 la factura ascendió a 52 mil 577 pesos. En diciembre del mismo año no le pagaron 47 mil 831 pesos, y para los primeros meses de este 2017, por que la deuda aumentó a más de 23 mil pesos, haciendo un total de 124 mil pesos.

Doña Araceli hizo diversos préstamos para liquidar ese dinero comprometido con los diferentes medios impresos, con la esperanza de que funcionarios al frente de Icoso saldarán los 124 mil pesos que este organismo de comunicación había adquirido con

El problema se agravó con la llegada de David León a la administración de ICOSO, toda vez que tomó toda la operatividad y administración del instituto.

Fue hasta en mayo de este año, que a través de Gilberto Martínez, encargado de ver y realizar los trámites de pago en Icoso, citó a doña Araceli para acordar sus pagos, sin embargo, más que un acuerdo recibió un insulto, Martínez le dijo que solamente le pagarían el 50% del adeudo total, es decir de los 124 mil pesos, solo se le iba a dar 62 mil pesos.

“No acepté esa propuesta porque el dinero que me adeudaban es mío, es algo que ya invertí, no es de ellos. Ese día me negué y ahí mismo lloré, me limpié mis ojos me fui a mi negocio. Al rato me marcó a mi celular para decirme que una parte de la darían al siguiente día y el resto en julio”, recordó.

Agregó, que el resto del dinero que se le debía, se lo darían en la primera quincena de julio; sin embargo han pasado más de cinco meses y no ha recibo un solo peso de la deuda actual, lo que ha dejado en un crisis económica y emocional, pues además del dolor que le ha representado tener una deuda tan grande, el trato déspota y humillante que ha recibido lo ha dejado en una situación por demás difícil.

Afirma que ha tenido que prestar dinero a crédito con otras personas para poder sobrellevar sus gastos diarios, adeudos ocasionados por la falta de pagos.

Durante sus 40 años de trabajo nunca nadie, ni dependencia alguna, le había adeudado una cantidad tan grande, mucho menos mantenerla con engaños mes con mes, por lo que pidió la intervención del ejecutivo del estado para atender esta grave situación por la que está atravesando.