El modisto italiano Roberto Cavalli, conocido por sus estampados de leopardo y vestidos que lo convirtieron en el favorito del jet set internacional durante décadas, falleció a los 83 años.

El diseñador de moda murió en su casa de Florencia tras una larga enfermedad. Cavalli empezó a ser conocido en la década de 1970, cuando estrellas como Sophia Loren y Brigitte Bardot llevaban sus prendas que dejaban al descubierto la piel y que décadas después lucieron celebridades como Kim Kardashian o Jennifer López.

En la inauguración de su boutique en Beverly Hills en 2005, a la que acudió Christina Aguilera. Fuera de las pasarelas, se le conocía por su pasión por los Ferraris, los caballos, los puros y las camisas abiertas que revelaban un torso bronceado. Se casó con una finalista de Miss Universo, era propietario de un helicóptero púrpura y de un viñedo en la Toscana, y entre sus amistades figuraban Sharon Stone y Cindy Crawford. Sharon Stone fue su amiga cercana, a la que invitó a la presentación de su colección en 2007 otoño-invierno.

No todo fue éxito en su carrera y fue juzgado en Italia por fraude fiscal, en una causa que terminó con su absolución. Su empresa también empezó a registrar pérdidas, lo que le obligó a vender la mayoría de sus acciones en 2015. Conocido sobre todo por su uso del cuero estampado y los vaqueros, Cavalli siempre apostó por el factor sorpresa en sus diseños, sobre todo con sus estampados animales de leopardo y otros felinos. En 2005, fue elegido para actualizar los uniformes de las “conejitas” de Playboy y una de sus versiones incluía su famoso estampado de leopardo.

Nacido el 15 de noviembre de 1940 en Florencia, cuna de la industria del cuero en Italia, empezó a pintar camisetas para ganar dinero mientras estudiaba arte. En los años 1970 abrió una tienda en Saint Tropez, punto de reunión del jet set internacional, y presentó su colección en París.

Después regresó a su ciudad natal, donde presentó sus jeans en el suntuoso marco del Palacio Pitti. En los años 1980, los diseños exóticos y reconocibles de Cavalli desentonaban con el look minimalista entonces de moda, pero el diseñador regresó con fuerza una década después con unos vaqueros desgastados que resultaron ser un éxito.