Charlan Marco Antonio Campos y Óscar Oliva
El escitor Óscar Oliva leyendo una de sus creaciones. Darwin Mendoza

Marco Antonio Campos y Óscar Oliva charlaron en la librería José Emilio Pacheco del Fondo de Cultura Económica sobre diversos temas, sin olvidar su gran pasión por la literatura, rememorando algunas anécdotas que los llevaron a recordar a grandes exponentes de las letras chiapanecas como Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Eraclio Zepeda, Enoch Cancino Casahonda y Juan Bañuelos, entre otros.

La moderadora, Socorro Trejo Sirvent, leyó las semblanzas de los escritores, para luego dejar el micrófono a Marco Antonio Campos, quien dijo que la mejor época de la poesía chiapaneca ha sido, sobre todo, entre los años 50 y 60, por lo que la charla fue con la intención recordar ese periodo.

Mas adelante, Campos le preguntó a Óscar Oliva sobre cómo era el panorama literario en aquellos años, a lo que el autor de Lascas respondió que hubo un contexto político y social muy importante a finales de los 40 y principios de los 50, cuando fue gobernador de Chiapas el general Francisco J. Grajales. “Él vino con ideas muy progresistas e ilustradas, e hizo muchas cosas importantes para Chiapas, como traer un alemán para hacer un levantamiento geográfico en todo el estado; también mandó a traer a Faustino Miranda, quien creó el Jardín Botánico que se encuentra en la calzada de las Personas Ilustres”, destacó Oliva.

Abundó que Francisco J. Grajales les dio mucho empuje a los escritores locales, y que fue por esos años cuando el gobierno del estado empezó a publicar los primeros libros a los jóvenes poetas y narradores. Destacó que una de esas obra fue de Rosario Castellanos, El rescate del mundo, así como el de Jaime Sabines titulado Horal.

Por otro lado, Marco Antonio dijo que su primer libro se lo debe a Óscar Oliva, ya que él fue uno de los que lo impulsaron para estar en la literatura, en 1972, cuando el autor de Estado de sitio entró a la dirección de Literatura de Bellas Artes.

Olivia platicó sobre su primer acercamiento con Jaime Sabines, quien ya había regresado de la Ciudad de México y se dedicaba a vender telas, y recuerda que ahí le presentó su primer poema, llamado “Estos minutos”, que hablaba sobre la destrucción del parque central de Tuxtla, pasaje que lo marcó durante su vida como escritor de poesía.

Ambos coincidieron en que Benzulul, de Eraclio Zapeda, es uno de los mejores libros de cuentos de la literatura mexicana. Para finalizar las actividades, los dos poetas compartieron parte de su obra literaria: Oliva dio lectura a su poema “Al volante de un automóvil, por la carretera Panamericana de Tuxtla Gutiérrez a la Ciudad de México”, y Campos brindó “Viernes en Jerusalem”.