Danza contemporánea inspirada en poesía
La cita fue el jueves en La Casa con Alas. Cortesía

Con el objetivo de sensibilizar al público en temas del cuerpo y su relación con la poética, y de realizar la evaluación final académica de la optativa de Danza Contemporánea, alumnas de la licenciatura en Gestión y Promoción de las Artes de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) presentaron la coreografía de danza contemporánea “Carnemente”, la noche del jueves 16 de mayo en el espacio independiente La Casa con Alas.

Carnemente es el título del poemario de Amín Miceli Ruiz, que se publicó por primera vez en 1986 y que reflexiona sobre temas como la espera, el mar, el encuentro, el amor y la muerte. Al respecto, el maestro Amín Micelli escribió sus impresiones al ver la coreografía “Carnamente”: “La poesía tiene su punto de encuentro en todas las expresiones artísticas: es la poética manantial profundo de los sentidos. Irriga ese suelo poroso de los sentidos y convierte la palabra en imagen, en lienzo de los tiempos humanos; cuerpos en movimiento donde el verso se vuelve curvatura, deja de ser metáfora y de nuevo adquiere formas, metalenguajes rítmicos en el cruce de los brazos de la diosa Shiva; ritual de la vida misma, respiros profundos, soltura de ataduras para nacer de nuevo, olas de encuentros, coqueteo de arenillas marinas en las plantas de los pies antes de probar el jugo de las bocas.

“La noche del 16 de mayo del año 2019 me sentí alga entre arrecifes, esos cuerpos de amarillo fluorescente agitaron el mundo de mis recuerdos entre frazadas de tarde veraniega, mientras un sediento pajarillo trotamundos anunciaba la primera lluvia. Los movimientos cadenciosos de apresurados pasos trajeron a mi memoria su piel de ángel, la inocencia donde se juega a romper el frágil límite y ya en lo sublime, me tocó el hombro la remembranza de lo efímero. Ahí, jugaban a escalar el cielo, a romper el silencio que los hizo mariposas liberadas, a dejar en las cadencias la cintura istmeña del sur que miraba en esos ojos y las virginales cumbres que cantaron la inocencia cuando descubrían la libertada en alta mar”.

Asimismo, expresó: “Esa noche, la danza conjugo el verbo y lo hizo realidad después de muchos años. Las jóvenes escribían poemas en la arena, saltaban al compás de los peces, y después, desaparecían en la espesa espuma. Hasta que te tragaron las aguas y Vanterros te hizo sentir mujer pescado. Ahora, sé que tengo un bello recuerdo, sin dolor, mientras los dedos de tus pies de nácar recorrieron el escenario y me enseñaron a soltar mis manos. Ayer tu espíritu danzó para conjurar olvido. Hoy todo es un bello recuerdo. Gracias a Francisco Villalobos, amigo”.