Integrada con 82 piezas de Damián Ortega, la muestra “Pico y elote” está en el Museo del Palacio de Bellas Artes, luego de su paso por el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, aportando una mirada irónica sobre las condiciones e producción y consumo del ser humano.

La exposición, señala el artista durante el recorrido, “se divide en dos grandes partes: por un lado está el pico, que representa el trabajo, la industria, la cultura y la tecnología; y, por el otro, la parte orgánica, histórica y mitológica que implica el maíz; de ahí el título de la muestra”, que incluye piezas e instalaciones como Pico cansado (1997) y Edificio gorila (2019).

El creador explica qué lo llevó a ser artista contemporáneo. “Fue algo muy intuitivo y también una circunstancia económica. Melquiades Herrera, un artista conceptual de los años 70, hizo un desglose de cuánto costaba hacer una pintura; y, de pronto, él decía que ya no se identificaba con el óleo, con el linóleo ni el bastidor. Entonces comenzó una transformación en el arte, al identificarse con lo que nos rodea y empezar a jugar más y a transformar tu propio espacio”, comentó.

Por su parte, José Esparza Chong Cuy, el curador, destacó que esta es la primera exposición retrospectiva e institucional de Ortega en México y en Latinoamérica, la cual agrupa 30 años de su práctica artística, que abarca de 1994 a la fecha, con una lectura que no fue pensada en orden cronológico.

Recordó que Ortega inició su formación artística como caricaturista político. “Trabajó en ‘La Jornada’ y, dentro de esa formación, podrán ver mucho de eso; tiene una influencia en su práctica como artista plástico, con esa crítica y el comentario social que hay en su obra”, refirió.

La exhibición incluye 20 piezas, algunas de estas inéditas, entre las que se encuentran Demonio alucinado (2022), Mascarón (2024), Torre Latino (2007) y los uniformes de papel Kraft de la serie “Utopía mexicana” (2019).