Guerra biológica y ataque en Siria

Una guerra química o biológica es un método de guerra en el cual se utilizan agentes tóxicos o incapacitantes para ampliar los objetivos de los atacantes. Durante muchos años estos métodos estuvieron limitados a producir incendios, envenenar pozos de agua, diseminar artículos infectados de viruela y utilizar humo para destruir o confundir al enemigo.

Pero últimamente varios países han desarrollado agentes biológicos a partir de microbios patógenos causantes de diversas enfermedades que atacan al hombre. Son bacterias, hongos y virus o diversas toxinas. La mayoría causan botulismo, peste y fiebre aftosa, entre  otras.

En la madrugada del 6 de abril un bombardeo con un elemento químico acabó con la vida de 83 personas y dejó decenas de heridos en la ciudad de Duma, en las afueras de Damasco, en Siria. Se dijo que el presidente sirio Bashar Al Assad lanzaba un mortífero ataque para eliminar a los últimos rebeldes que se oponen a su dictadura.

“El número de muertos confirmado es 83, veinte de los cuales son niños. Hay alrededor de 560 afectados. Pero todavía el personal está en shock, así que estimo que esta no será la cifra definitiva”, explicó el doctor Mohamed Katoub, coordinador en Turquía de la Asociación Médica Sirio Americana (SAMS).

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos culpa del ataque a aviones del ejército sirio o de la aviación rusa, que presuntamente lanzaron proyectiles cargados de gas sarín. Es un gas tóxico que tiene un efecto paralizante sobre el sistema nervioso.

Por su parte, el diario inglés The Times identificó al piloto del ataque químico; se trata del experimentado comandante de escuadrón, Mohammed Hasouri, quien ya había llevado a cabo en el pasado otro ataque químico. Hasouri pertenece a la misma secta alauita del presidente sirio, y fue felicitado por el general Ali Abdullah Ayoub, jefe del Estado Mayor del ejército sirio, por haber “destruido depósitos de armas de Al Qaeda en Jan Sheijun, en la provincia siria de Idlib”.

Una foto de ambos militares fue subida a Twitter por el diputado sirio Fares Shehabi, un importante miembro del régimen de Assad.

Días después del ataque biológico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó un ataque contra instalaciones del régimen. Se trata de la primera vez que la Casa Blanca ha tomado acciones militares en contra de las fuerzas militares leales al presidente Bashar Al Assad.

En una calculada operación militar, Estados Unidos atacó en coordinación con Francia y el Reino Unido al “bárbaro” régimen sirio por el supuesto empleo de gas sarín contra la población civil de Duma. La represalia, respaldada por Occidente, fue presentada como un “golpe de precisión” contra centros de producción y almacenamiento de armas químicas.

No hubo soldados muertos y, según las primeras versiones, tampoco daños a la población civil. Todo quedó en una intervención quirúrgica que le permite a Washington mantener abierta su salida y enviar una señal de firmeza a Rusia, Irán e incluso Corea del Norte.

El Pentágono distribuyó fotos vía satélite para mostrar los daños creados a la base aérea siria por el bombardeo. Las dos pistas aparecen intactas debido a que los misiles crucero Tomahawk no tienen la carga de explosivo suficiente para destruir el asfalto. La táctica en estos casos es concentrarse en instalaciones como hangares y depósitos. Estados Unidos ha advertido que habrá más ataques si es necesario.

Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió hace tres días que si Washington toma nuevas acciones contra Damasco se produciría un inevitable caos en las relaciones internacionales.

Putin calificó el ataque sobre Siria como “un acto de agresión” en un comunicado publicado por el Kremlin en su página web. En esta primera reacción el líder ruso, aliado del gobierno de Damasco, acusó a Washington de agravar la crisis humanitaria en el país árabe y de saltarse las normas de derecho internacional y la carta de la ONU.

Pero ¿quién asegura que efectivamente fue el propio gobierno sirio el que atacó a la ciudad de Duma con gases tóxicos? ¿Y por qué Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña bombardearon lugares estratégicos, sin producir víctimas mortales, en la misma zona siria?

Los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) desplazados a Duma para intentar recabar pruebas sobre el supuesto ataque químico que sufrió la ciudad hace ya diez días, aún no han podido entrar en la ciudad.

La ONU ha confirmado que una pequeña avanzada de esta organización ya ha entrado en esta localidad de Ghuta Oriental; no se incluyen a los inspectores que van a buscar rastros del ataque con gases tóxicos denunciado el pasado día 7, y que desencadenó el bombardeo de represalia sobre Siria de Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Los observadores, no obstante, dudan que puedan hallar ya sobre el terreno pruebas del supuesto ataque letal con gas tóxico.